tag:blogger.com,1999:blog-17468550881750138102024-03-13T18:28:56.938-03:00Colección Las antiguasPrimeras escritoras argentinasBUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.comBlogger23125tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-9859689867950181242016-07-27T12:47:00.001-03:002016-07-27T17:01:13.368-03:00"Almafuerte. El libro humilde y doliente", de Salvadora Medina Onrubia<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-OOCgGoK8CYk/VCRmFKzBZJI/AAAAAAAAAP0/5dCyg9P8Nwo/s1600/salvadora-medina-onrubia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-OOCgGoK8CYk/VCRmFKzBZJI/AAAAAAAAAP0/5dCyg9P8Nwo/s320/salvadora-medina-onrubia.jpg" width="224" /></a></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<h2>
<div style="text-align: center;">
12. Almafuerte. <br />
El libro humilde y doliente.</div>
<div style="text-align: center;">
- Salvadora Medina Onrubia –</div>
</h2>
<br />
<div style="text-align: center;">
<b>Prólogo y edición: Lucía De Leone </b></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Casi un siglo después de su aparición, esta edición pone al alcance de los lectores las dos primeras obras literarias de la escritora argentina Salvadora Medina Onrubia: la pieza teatral de temática anarquista Almafuerte (1914) y El libro humilde y doliente (1918), que recoge sus cuentos de juventud, escritos antes de la llegada a la capital, cuando su autora ejercía como maestra rural en Gualeguay. Dos textos, con temas afines, que muestran la destreza de la dramaturga y de la narradora, y que permiten trazar un arco con figuraciones femeninas en torno de Onrubia -la descentrada- que se diferencian de otros modelos más arraigados en el imaginario sociocultural de principios de siglo. Si con Almafuerte Onrubia se convierte rápidamente en una autora profesional dentro del circuito comercial de un teatro nacional de corta vida, el volumen de cuentos es su carta de presentación, y el punto donde se fija el comienzo y también las proyecciones de lo que llama su obra. Ambos textos evidencian, además, el convencimiento de esta joven autora de un sólido empalme entre la palabra poética, la actuación periodística y la militancia política.<br />
La colección <i><b>Las Antiguas</b></i> se dedica al rescate de títulos de escritoras argentinas nacidas en los siglos xix y anteriores, y publicadas hasta mediados del siglo xx. Con el fin de ampliar lo que se conoce de la literatura argentina, ofrecemos hoy a los lectores la oportunidad de leer los textos a la luz de nuestra época. Los libros están prologados por escritoras argentinas contemporáneas, abriendo de este modo un diálogo entre generaciones que propone perspectivas actuales para la lectura de las antiguas.<br />
<br />
<b>ÍNDICE </b><br />
<b>Papeles de Recienvenida</b>
por Lucía De Leone <br />
<b>Almafuerte
El libro humilde y doliente</b><br />
<i>De los niños que nacieron al margen de la vida</i>…<br />
Acuarela Gris<br />
Ramón Barragán
Gabriel<br />
El Gato Negro<br />
Hijos de Borracho<br />
Lorenza<br />
<i>De los hombres que han llegado a la plenitud de la vida sin salirse del doliente margen en que nacieron…</i><br />
El Ama<br />
De mi Gleba<br />
Amanecido trágico<br />
Pachamama<br />
La Tísica<br />
Don Hilario<br />
<b>Apéndice documental y visual</b><br />
<b><br /></b>
<b><br /></b></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-22541590979275822042013-06-26T05:30:00.000-03:002013-06-26T11:01:53.157-03:00"Veraneos marplatenses. De 1887 a 1923", de Elvira Aldao<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-7KxTRMvtcWE/Ucrzq0RCpOI/AAAAAAAAAJs/hyRqbsGYYE4/s1600/Tapa+web+Veraneos+marplatenses.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://2.bp.blogspot.com/-7KxTRMvtcWE/Ucrzq0RCpOI/AAAAAAAAAJs/hyRqbsGYYE4/s320/Tapa+web+Veraneos+marplatenses.jpg" width="224" /></a></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<h2>
<div style="text-align: center;">
11. Veraneos marplatenses. <br />De 1887 a 1923</div>
<div style="text-align: center;">
- Elvira Aldao –</div>
</h2>
<br />
<div style="text-align: center;">
<b>Prólogo: Teresa Arijón </b></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Después de la publicación de Recuerdos de Antaño, la Colección Las Antiguas ofrece a los lectores un segundo libro de la escritora rosarina Elvira Aldao de Díaz: Veraneos Marplatenses, ligero fresco de costumbres en que la autora juega sus destrezas como narradora y logra una escritura ágil y entretenida que pinta las vacaciones estivales de la alta sociedad porteña en la ciudad balnearia de Mar del Plata entre los años 1887 y 1923.
Dice Teresa Arijón, en el prólogo a esta edición: “Mosaico, laberinto de espejos o rompecabezas, Veraneos Marplatenses es obvio producto de una clase y exaltado emblema de la Belle Époque local, con sus altibajos y sus fulgores; pero también asesta su florida crítica (si bien limitada por esa misma pertenencia) contra las flaquezas y mezquindades típicas de la high life porteña. Desde esa perspectiva, definiéndose como escritora, Elvira Aldao rompe con el molde impuesto y nos deja, con rauda pincelada, un divertido retrato de época.”
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-62846680977720439502013-01-01T05:00:00.000-03:002013-06-26T10:58:37.267-03:00"Memorias de Agustina Palacio", de Agustina Palacio<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-og3-yy_kPkc/Ucry-OqXbRI/AAAAAAAAAJk/0MtUKEV-Snk/s1600/tapa+web+Agustina+Palacio+-+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://2.bp.blogspot.com/-og3-yy_kPkc/Ucry-OqXbRI/AAAAAAAAAJk/0MtUKEV-Snk/s320/tapa+web+Agustina+Palacio+-+Las+Antiguas.jpg" width="239" /></a></div>
<h2 style="text-align: left;">
<div style="text-align: center;">
10. Memorias de Agustina Palacio</div>
<div style="text-align: center;">
- Agustina Palacio -</div>
</h2>
<div style="text-align: center;">
<b>Prólogo: Marta Palacio</b></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
En estas memorias, Agustina Palacio narra la persecución, detención y destierro a El Bracho de su esposo, José María Libarona, por órdenes del caudillo santiagueño Felipe Ibarra, tras la revuelta política ocurrida contra este último en 1840. La angustia frente al exilio injusto, al que ella decide acompañarlo, tiñe todo el relato otorgándole una gran densidad dramática: El Bracho es el último puesto fronterizo ubicado en la frontera del Gran Chaco, zona inhóspita, y hostil por la avanzada de los indios.
Prologada por Marta Palacio, escritora y académica de la Universidad de Córdoba, descendiente de una rama paterna de Agustina, la edición que ofrecemos en la Colección Las Antiguas, es la primera que restituye la autoría del libro a la propia Agustina Palacio, habiendo sido ésta adjudicada históricamente, por error, al viajero-escritor francés Benjamin Poucel.
Dice Marta Palacio en el prólogo de nuestra edición: "Con sus memorias Agustina establece fehacientemente su rol de testigo de los sufrimientos y muerte injusta de su amado Libarona, a la vez que se inviste como lúcida sobreviviente de un infortunio político y una tragedia amorosa al que el destino la arroja inesperadamente, en el que se torna por propia voluntad protagonista y sujeto".
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-826657781679917832013-01-01T04:30:00.000-03:002013-06-26T10:54:30.311-03:00"Lo íntimo", de Juana Manuela Gorriti<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-8ELvaiCTisY/Ucrx2eg9eDI/AAAAAAAAAJY/Smjah-iyoPg/s1600/Tapa+web+Lo+%C3%ADntimo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://1.bp.blogspot.com/-8ELvaiCTisY/Ucrx2eg9eDI/AAAAAAAAAJY/Smjah-iyoPg/s320/Tapa+web+Lo+%C3%ADntimo.jpg" width="230" /></a></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<h2>
<div style="text-align: center;">
9. Lo íntimo</div>
<div style="text-align: center;">
– JUANA MANUELA GORRITI -</div>
</h2>
<div style="text-align: center;">
<b>Prólogo de Esther Andradi</b> </div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Escrito entre los años 1874 y 1892, Lo íntimo posee la estructura de un diario íntimo. Aunque Juana Manuela Gorriti tuviera la voluntad de publicar el libro en vida y decidiera su título incluso en el transcurso de su escritura, éste recién dio a luz en 1893, unos meses después de la muerte de su autora.
Escrito con la luminosa belleza característica de la prosa de Juana Manuela, en Lo íntimo se abordan, bajo la forma de apuntes o reflexiones, episodios importantes o tristes del último tramo de la vida de la autora, como la muerte de su hija Mercedes, la confección o publicación de sus libros Cocina ecléctica, La Tierra Natal y Peregrinaciones de una alma triste. Desfilan en estas páginas personalidades literarias de la época como Emilia Pardo Bazán, Lucio Mansilla, Eduarda Mansilla, Josefina Pelliza de Sagasta, Clorinda Matto de Turner y Mercedes Cabello de Carbonera.
Como dice Esther Andradi en el prólogo de nuestra edición Este libro es un milagro. No sólo por su contenido excepcional, sino también por la sobrevivencia. (...) Pero además del milagro, este libro, escrito hace ciento veinte años atrás, es tan contemporáneo como la escritora que se templa tras el texto. (...) Algunos días más y la luz se apagará para siempre, registra su autora en la última línea. En estas páginas se revela el perfil de la narradora inquieta y desbordante, que junto con las escritoras de su generación, cuenta la hazaña de la gestación de América mientras los poetas se baten a duelo.
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-50186924251051294652013-01-01T04:00:00.000-03:002013-06-26T10:47:05.860-03:00"Recuerdos de antaño", de Elvira Aldao<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-G9Pf-gQ2tgw/T4wyJ9HkG3I/AAAAAAAAAHI/1KYV0KpCZzs/s1600/Tapita+web+Recuerdos+de+anta%25C3%25B1o+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-G9Pf-gQ2tgw/T4wyJ9HkG3I/AAAAAAAAAHI/1KYV0KpCZzs/s320/Tapita+web+Recuerdos+de+anta%25C3%25B1o+Las+Antiguas.jpg" width="190" /></a></div>
<br />
<h2 style="text-align: left;">
<div style="text-align: center;">
8. Recuerdos de antaño</div>
<div style="text-align: center;">
- Elvira Aldao -</div>
</h2>
<div style="text-align: center;">
<b><a href="http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2012/04/recuerdos-de-antano-de-elvira-aldao.html">Prólogo: María Teresa Andruetto</a></b> </div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Los Recuerdos de antaño reviven el tiempo de infancia y juventud de la escritora rosarina Elvira Aldao. Escrito con un estilo fresco y atractivo, el libro recupera los años en que la ciudad de Rosario comienza a modernizarse, impulsada, en gran medida, por el propio padre de la autora, Camilo Aldao..
Con un trasfondo de la vida política de la época, respecto de la cual la autora tiene una clara posición tomada, estas memorias nos ofrecen un cuadro de costumbres de fines del siglo XIX y principios del XX.
Como describe María Teresa Andruetto en el prólogo para esta edición: "aparecen las ciudades europeas, las tías y amigas de su madre, la moda, los juegos, los libros que se leen, las costumbres, las comidas, el trato con la servidumbre (...) Esto alternado con deliciosos relatos sobre comidas y postres, el pato casero con salsa de maní preferido por el padre, la mezcla de cocina criolla y 'algunos platos franceses, ya en auge en Rosario', los postres 'completamente criollos' (...) los viajes, las fiestas en los barcos (...) los grandes salones de baile (...) el descubrimiento del tango en 'el magnífico transatlántico La France, en excursión a la isla de Wight, en un día de regatas reales'..."
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-86234921628517217172013-01-01T03:30:00.000-03:002013-06-26T10:43:17.486-03:00"Stella", de Emma de la Barra (César Duayen)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-3VyXnNUhPfU/T4wv6YxlBII/AAAAAAAAAG4/zmHEd9lAWSo/s1600/Tapita+web+Stella+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-3VyXnNUhPfU/T4wv6YxlBII/AAAAAAAAAG4/zmHEd9lAWSo/s320/Tapita+web+Stella+Las+Antiguas.jpg" width="193" /></a></div>
<br />
<h2 style="text-align: left;">
<div style="text-align: center;">
7. Stella </div>
<div style="text-align: center;">
- Emma de la Barra (César Duayen) – </div>
</h2>
<div style="text-align: center;">
<b><a href="http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2012/04/stella-de-cesar-duayen-emma-de-la-barra.html">Prólogo: Cristina Piña</a> </b></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Stella se publicó en Buenos Aires en el año 1905 bajo el seudónimo de "César Duayen", y alcanzó un éxito inmediato y sin precedentes en la historia de la literatura nacional. La curiosidad despertada por el misterio del seudónimo contribuyó a aumentar la fama del libro y dio lugar a infinitas suposiciones e indagaciones. El suceso fue tan grande que la novela se tradujo a varios idiomas.
Alejandra y su hermana inválida Stella, tras la muerte de su padre, deben pasar penosas situaciones al verse obligadas a refugiarse en la casa de su tío. La pluma ágil y refinada de Emma de la Barra entreteje la trama con ricas descripciones y una historia de amor entre Alejandra y el maduro y aristocrático Máximo, cuya vida gris y escéptica se ve transformada por la irrupción de la joven.
Señala la escritora Cristina Piña en el prólogo de esta edición: "(...) resulta una novela fascinante para el lector de hoy que, además, con más de un siglo de distancia histórica, también puede percibir la sutil articulación que hace la autora entre la situación del país en pleno período de modernización y lleno de dudas frente a un proceso cuyos alcances no distingue con claridad (...) y las relaciones entre hombre y mujer, también en un proceso de modificación vertiginoso."
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-52355993093399037902013-01-01T03:00:00.000-03:002013-06-26T10:35:00.208-03:00"Recuerdos de viaje", de Eduarda Mansilla<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-tSrT11nc274/T4wzX8gKANI/AAAAAAAAAHQ/UiQVRnDM0jE/s1600/Tapita+web+Recuerdos+de+viaje+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-tSrT11nc274/T4wzX8gKANI/AAAAAAAAAHQ/UiQVRnDM0jE/s320/Tapita+web+Recuerdos+de+viaje+Las+Antiguas.jpg" width="212" /></a></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<h2>
<div style="text-align: center;">
6. Recuerdos de viaje</div>
<div style="text-align: center;">
- Eduarda Mansilla –</div>
</h2>
<b><div style="text-align: center;">
<b><a href="http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2012/04/recuerdos-de-viaje-de-eduarda-mansilla.html">Prólogo: María Rosa Lojo</a> </b></div>
</b><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Estados Unidos en el siglo xix: los viajes en transatlánticos, las ciudades de Nueva York, Washington, Filadelfia, las cataratas del Niágara, la aristocracia y sus salones de fiestas, las galas, el poderío económico, la guerra de secesión, la noción de hogar, de familia y, especialmente, la condición social de las mujeres. Recuerdos de viaje es un libro único en su tipo: las impresiones de una escritora argentina del siglo xix sobre los Estados Unidos de aquel tiempo. </div>
<div style="text-align: justify;">
Como dice María Rosa Lojo en el prólogo para esta edición: "La Eduarda narradora que pisa los Estados Unidos se adueña sin pedir permiso de un género mayoritariamente frecuentado por los varones, y se presenta como una viajera cultivada y consumada." Y más adelante: "De la mano de Eduarda Mansilla recorremos un país donde los dulces no son dulces, los niños no parecen niños porque los disfrazan de adultos y los obligan a comportarse como tales(...)".
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-44901249644601273082013-01-01T02:30:00.000-03:002013-06-26T10:28:30.148-03:00"Lucía Miranda", de Rosa Guerra<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-RV-rCo9f4Cs/T4wxTGEtV6I/AAAAAAAAAHA/JXMP16cn304/s1600/Tapita+web+Lucia+MIranda+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-RV-rCo9f4Cs/T4wxTGEtV6I/AAAAAAAAAHA/JXMP16cn304/s320/Tapita+web+Lucia+MIranda+Las+Antiguas.jpg" width="196" /></a></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<h2>
<div style="text-align: center;">
5 Lucía Miranda. Novela de una cautiva</div>
<div style="text-align: center;">
- Rosa Guerra -</div>
</h2>
<b><div style="text-align: center;">
<b><a href="http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2012/04/normal-0-21-false-false-false.html">Prólogo: Paula Jiménez</a> </b></div>
</b><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Cerca del año 1527, Sebastián Gaboto establece a la orilla del río Paraná el fuerte Sancti Spiritu como depósito y abrigo para continuar las expediciones río arriba. Dos años después, este asentamiento es incendiado por los indios timbués.
La leyenda cuenta que Lucía Miranda, mujer de uno de los militares españoles del fuerte, y Mangorá, cacique de los timbués, anduvieron en amores. Pero la imposibilidad de esta mezcla entre naturales y españoles, hasta entonces prohibida, hizo que el desesperado Mangorá atacara el fuerte para llevarse a Lucía. Así es una versión de la leyenda, que tiene sus variaciones en esta novela corta de Rosa Guerra, aparecida por primera vez en 1858.
Poco después Eduarda Mansilla, y más tarde, la poeta rosarina Celestina Funes de Frutos abordarían esta leyenda.
Escribe Paula Jiménez en su prólogo: "(...) A la vez que la escritora habla de barbarie para referirse a los timbúes también observa la barbarie española que hubo encarado insensiblemente, "sin humanidad", el plan de la conquista. Con esta equilibrada conclusión Rosa Guerra se sitúa en una línea fronteriza desde la que puede ver algo que ya venía esbozándose a lo largo de la novela: lo bueno y lo malo mezclándose entre sí, como las aguas de un estuario."
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-35728356727220741642013-01-01T02:00:00.000-03:002013-06-26T10:08:57.940-03:00"La tierra natal", de Juana Manuela Gorriti<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<style>
st1\:*{behavior:url(#ieooui) }
</style><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-VMBR6XBJDzg/TjSRPcDbo6I/AAAAAAAAAFw/DymNKvbhSTo/s1600/Tapita+La+tierra+natal+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" src="http://2.bp.blogspot.com/-VMBR6XBJDzg/TjSRPcDbo6I/AAAAAAAAAFw/DymNKvbhSTo/s320/Tapita+La+tierra+natal+Las+Antiguas.jpg" width="223px" /></a></div>
<br />
<h2 style="text-align: left;">
<div style="text-align: center;">
4. La tierra natal </div>
<div style="text-align: center;">
- Juana Manuela Gorriti - </div>
</h2>
<div style="text-align: center;">
<b><a href="http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2011/07/la-tierra-natal-de-juana-manuela.html">Prólogo de Carolina Esses</a></b></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
En el año 1884, Juana Manuela Gorriti visita la provincia de Salta y realiza un largo trayecto en ferrocarril. La tierra natal es el recuento de las memorias de este viaje que significó para la autora el regreso a su paisaje de niñez después de largos años de exilio. </div>
<div style="text-align: justify;">
Escribe Carolina Esses en su prólogo: "Se trata del relato de un viaje, sí, pero, sobre todo, de un texto construido en la tensión de varios hilos narrativos: el recuento histórico, los avatares de la memoria, la nostalgia que no es -o no quiere ser- sensiblería pero que a veces pareciera sucumbir a las convenciones de la época lo que una mujer debe escribir, lo que de ella se espera en su travesía por el recuerdo- y cierta incomodidad constante que se lee entrelíneas, como si Juana Manuela nos hablara por lo bajo, invitándonos a leerla en el revés de la trama, apelando a nuestra biblioteca, haciéndose un lugar entre nuestras lecturas".
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-58717039571247017502013-01-01T01:30:00.000-03:002013-06-26T10:08:45.410-03:00"El lujo", de Lola Larrosa.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-lpLzwzzk7bs/TjSOrb8PvjI/AAAAAAAAAFs/L1xdDzW9yKk/s1600/Tapita+El+lujo+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" src="http://2.bp.blogspot.com/-lpLzwzzk7bs/TjSOrb8PvjI/AAAAAAAAAFs/L1xdDzW9yKk/s320/Tapita+El+lujo+Las+Antiguas.jpg" width="220px" /></a></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<h2 style="text-align: center;">
<span style="text-align: center;">3. El lujo </span></h2>
<h2>
<div style="text-align: center;">
- Lola Larrosa -</div>
</h2>
<div style="text-align: center;">
<b><a href="http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2011/07/el-lujo-de-lola-larrosa.html">Prólogo de Vanesa Guerra</a></b></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
"Rosalía es una joven que gusta engalanarse ni bien comienza el día, pero su vida transcurre en una granja, entre chanchos y hortalizas de un pueblito uruguayo. La madre, atenta a estas tristezas y desfasajes, busca y descubre la causa: Rosalía ha leído libros que le han ensoñado la cabeza, entonces: primero le quema los libros y después, para moño final, la casa con un joven trabajador. Ahora sí que ha sido quemada, ardida y crepitada. En la primera de cambio, acepta irse con unas adineradas amigas de Buenos Aires para emprender un viaje hacia el lujo soñado. Allí vivirá relacionada con un modo de la belleza que no parece bien visto ni por la narradora ni por las voces de los seres amados." Vanesa Guerra
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-35468697184197314542013-01-01T01:00:00.000-03:002013-06-26T10:01:03.671-03:00"Los Misterios del Plata", de Juana Manso.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="border: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 22px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: center;">
<br />
<h2>
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-Mmxw7yHZJL4/Td7a7q52oJI/AAAAAAAAAEw/MvxB7FqGrNQ/s1600/tapa_Los_misterios..._Las_Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" src="http://2.bp.blogspot.com/-Mmxw7yHZJL4/Td7a7q52oJI/AAAAAAAAAEw/MvxB7FqGrNQ/s320/tapa_Los_misterios..._Las_Antiguas.jpg" t8="true" width="211px" /></a><span style="background-color: transparent; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border: 0px; font-family: 'times new roman', times; font-size: 14pt; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px;"><strong style="background-color: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px;">2. Los misterios del Plata - Juana Manso</strong></span></h2>
<strong style="border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px;"><span style="background-color: transparent; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border: 0px; font-family: 'times new roman', times; font-size: 12pt; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px;"><a href="http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2011/05/los-misterios-del-plata-de-juana-manso.html">Prólogo: Mercedes Araujo</a> </span></strong><br />
<br /></div>
<div style="border: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 22px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">
Los misterios del Plata se publicó por entregas en 1852 en forma de folletín en el Periódico O Jornal das Senhoras de Río de Janeiro, fundado y redactado por la misma Juana Manso. A partir de ese momento, la novela tuvo varias reediciones. La que presentamos en esta colección es la corregida y prologada en 1924 por A.A.Muñiz.
<span style="background-color: transparent; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border: 0px; font-family: 'times new roman', times; font-size: 12pt; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">La historia comienza cuando el joven Marco Avellaneda y su familia, exiliados políticos del gobierno de J.M. de Rosas, se encuentran en viaje desde Montevideo hacia Corrientes, a bordo de la balandra Constitución, con la intención de dejar atrás el exilio. Lejos de alcanzar su destino, serán llevados como prisioneros a Buenos Aires por obra de una traición argüida entre Rosas, el capitán del barco y el presidente de Uruguay, Manuel Oribe.</span></div>
<div style="border: 0px; outline: 0px; padding: 0px;">
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 22px;">
<span style="background-color: transparent; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border: 0px; font-family: 'times new roman', times; font-size: 12pt; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">Sobre esta novela, escribe la escritora Mercedes Araujo en su prólogo "Cierto es que la novela que hoy leemos está atravesada de su propia experiencia del odio y que tiene momentos literarios memorables, particularmente, los que dedica a describir la pampa y sus paisajes con paletas de colores sutiles y preciosos y cuando da cuenta de la melancolía de los personajes centrales contrariados por odios y luchas que giran en torno a una idea de país".</span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 22px;">
<span style="background-color: transparent; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border: 0px; font-family: 'times new roman', times; font-size: 12pt; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><br /></span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 22px;">
<span style="background-color: transparent; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border: 0px; font-family: 'times new roman', times; font-size: 12pt; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><b>Más información:</b></span></div>
<br />
<ul style="text-align: left;">
<li><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: 12px; line-height: 22px;"><b><a href="http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2011/05/los-misterios-del-plata-de-juana-manso.html">Prólogo de Mercedes Araujo.</a></b></span></span></li>
</ul>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<br /></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-88155642304471151412013-01-01T00:30:00.000-03:002013-06-26T10:00:49.954-03:00"Cocina ecléctica", de Juana Manuela Gorriti.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-sgh2gxBauvw/Tl0f0AkI1MI/AAAAAAAAAF0/GvAZmI7Rjeg/s1600/tapita_Cocina_Eclectica_las_antiguas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" src="http://3.bp.blogspot.com/-sgh2gxBauvw/Tl0f0AkI1MI/AAAAAAAAAF0/GvAZmI7Rjeg/s320/tapita_Cocina_Eclectica_las_antiguas.jpg" width="213px" xaa="true" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<br />
<div style="text-align: center;">
<b style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">1. Cocina ecléctica. Recetas del 1800 - </span></b></div>
<b style="text-align: justify;"></b><br />
<div style="text-align: center;">
<b style="text-align: justify;"><b><span style="font-size: large;">Juana Manuela Gorriti </span></b></b></div>
<b style="text-align: justify;">
</b>
<div style="text-align: center;">
<b style="text-align: justify;"><b><a href="http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2011/05/cocina-eclectica-de-juana-manuela.html">Prólogo: Mariana Docampo.</a></b><b style="text-align: justify;"></b></b></div>
<b style="text-align: justify;">
</b><br />
<div style="text-align: center;">
<b><span style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR">Editorial Buena Vista, 2010.</span></span></b></div>
<b style="text-align: justify;"><br /></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
Mujer y escritora en la Latinoamérica del siglo xix, Juana Manuela Gorriti compila y transmite las experiencias culinarias de sus amigas y conocidas a quienes había encargado le enviaran recetas condimentadas con anécdotas íntimas o históricas.
"Cocina Ecléctica, lejos de ser un neutro libro de recetas, es despliegue de historias dispares firmadas con nombre y apellido" escribe la escritora Mariana Docampo en su prólogo. "Con intervenciones luminosas, Gorriti ensambla las piezas y las organiza recordando al lector de una época de verduras congeladas y empaquetadas la profunda sensualidad que circula entre la comida y los cuerpos".
La colección Las Antiguas se dedica al rescate de títulos de escritoras argentinas nacidas en los siglos xix y anteriores, y publicadas hasta mediados del siglo xx. Con el fin de ampliar lo que se conoce de la literatura argentina, y de reponer una genealogía de escritoras que pareciera no haber existido nunca en nuestro país, ofrecemos hoy a los lectores la oportunidad de leer los textos a la luz de una nueva época. Los libros están prologados por escritoras argentinas contemporáneas, abriendo de este modo un diálogo entre generaciones que propone perspectivas actuales para la lectura de las antiguas.<br />
<br />
<b>ÍNDICE </b><br />
<br />
<ul>
<li>La voz de las recetas - <a href="http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2011/05/cocina-eclectica-de-juana-manuela.html"><b>Prólogo de Mariana Docampo</b></a></li>
<li>Introducción </li>
<li>Sopas </li>
<li>Salsas </li>
<li>Purés </li>
<li>Pescados </li>
<li>Tamales
Rellenos </li>
<li>Pasteles </li>
<li>Empanadas </li>
<li>Frituras </li>
<li>Tortillas </li>
<li>Budines </li>
<li>Aves </li>
<li>Ramillete de confecciones a la Alta Gastronomía </li>
<li>Conejo y su Confección </li>
<li>Legumbres </li>
<li>Asados </li>
<li>Repostería</li>
</ul>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<b><br />Más información:</b><br />
<br />
<ul>
<li><a href="http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2011/05/cocina-eclectica-de-juana-manuela.html">Prólogo por Mariana Docampo</a></li>
</ul>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-7943691464225434062012-01-01T11:58:00.000-03:002013-06-19T12:06:25.923-03:00Prólogo a "Recuerdos de viaje", de Eduarda Mansilla por María Rosa Lojo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-tSrT11nc274/T4wzX8gKANI/AAAAAAAAAHQ/UiQVRnDM0jE/s1600/Tapita+web+Recuerdos+de+viaje+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-tSrT11nc274/T4wzX8gKANI/AAAAAAAAAHQ/UiQVRnDM0jE/s320/Tapita+web+Recuerdos+de+viaje+Las+Antiguas.jpg" width="212" /></a></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-77980486190954002412012-01-01T11:50:00.000-03:002013-06-19T12:05:55.371-03:00Prólogo a "Lucía Miranda", de Rosa Guerra, por Paula Jiménez<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-RV-rCo9f4Cs/T4wxTGEtV6I/AAAAAAAAAHA/JXMP16cn304/s1600/Tapita+web+Lucia+MIranda+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-RV-rCo9f4Cs/T4wxTGEtV6I/AAAAAAAAAHA/JXMP16cn304/s320/Tapita+web+Lucia+MIranda+Las+Antiguas.jpg" width="196" /></a></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 24pt; text-align: left; text-indent: 0cm;">
<b><span style="font-family: "Book Antiqua";">La escritura o el velo del deseo. Prólogo a Lucía Miranda, de Rosa Guerra. Editorial Buena Vista 2011. Por Paula Jiménez</span></b></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt;">
<span style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11pt;">El amor entre el hombre y la mujer, el deseo, la triangularidad y la tragedia: un drama con todos los condimentos necesarios para capturar la atención de una escritora de su tiempo. Pero el pasional no fue el único atractivo. La tentación de narrar, desde su lugar de mujer, la historia de una cautiva, debió haber estado en primer orden. Los hechos fueron referidos por el cronista Ruy Díaz de Guzmán en 1612 y en ellos se basó Rosa Guerra para construir una ficción dos siglos y medio después. Lo mismo hizo Eduarda Mansilla, quien publicó su propia versión de Lucía Miranda, por entregas, en el diario “La tribuna”. Ambas producciones salieron a la luz en 1860, en los albores de una década muy prolífica para la literatura escrita por argentinas. </span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; mso-hyphenate: none;">
<span style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11pt;">El título de la obra de Guerra incluye la aclaración de “novela histórica”, pero no se ha probado la verosimilitud de los aconte-cimientos y personajes a los que Ruy Díaz de Guzmán aludió. Es muy probable que ante una especie de “vacío histórico” Guzmán ha-ya recurrido a la creación de una ficción que reforzara la imagen bárbara de los pueblos originarios contra la pontífica heroicidad de la conquista. Pero la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lucía Miranda</i> que con este libro se reedita da una sutil vuelta de tuerca a esta suerte de “leyenda” situada en 1527. </span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt;">
<span style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11pt;">La historia reza que Espíritu Santo era el nombre de la fortaleza, construida en la orilla del Río Carcarañá, que albergaba a los españoles seguidores de Sebastián Gaboto. Entre estos españoles se encontraba el militar Sebastián Hurtado y Lucía, su bellísima esposa. Tanto ella como su marido mantenían una relación de amistad con el cacique timbú Mangorá, a quien la autora describe así al comenzar la novela: “Tenía alta talla, y era de fuerte y nerviosa musculatura, sus formas esbeltas; y aunque de color cobrizo como son todos los indios, no tenía aplastada la nariz; sus ojos eran chispeantes, y en todo su continente se conocía era dominado por pasiones fuertes y tiernas a la vez”(24). Guerra presenta al cacique como un hombre de imagen seductora y sensual a la que no desluce ni demoniza ni aun en los peores momentos. Y los peores momentos son aquellos en que la pasión de Mangorá estalla y Lucía Miranda es atrapada por este timbú enamorado que no puede poner freno a sus pulsiones. Esto sucede durante un feroz ataque al Espíritu Santo planificado por el cacique, en el que mueren miles de españoles y de indígenas. La fortaleza finalmente arderá en poderosas llamas insufladas por un temporal que parece haber sido enviado por la ira divina. La situación dramática crece de allí en más hasta llegar al más terrible de los desenlaces para el matrimonio de Lucía y Sebastián. Pero Guerra no cede completamente ante la victimización española y concluye: “Este infame proceder de los Timbúes convirtió en odio la amistad de los españoles y su pasada alianza; no les quedó otro partido que abandonar el Fuerte Espíritu Santo (…) Con esta retirada quedó del todo evacuado el Río de la plata, término fatal de tres expediciones, que deberían desalentar el espíritu de la conquista (…) Es de presumir que si la causa de la humanidad hubiera entrado directamente en el proyecto de estas empresas, hubieran sido menos desgraciadas”(87). Es decir, a la vez que la escritora habla de barbarie para re-ferirse a los timbúes también observa la barbarie española que hubo encarado insensiblemente, “sin humanidad”, el plan de la conquista. Con esta equilibrada conclusión Rosa Guerra se sitúa en una línea fronteriza desde la que puede ver algo que ya venía esbozándose a lo largo de la novela: lo bueno y lo malo mezclándose entre sí, como las aguas de un estuario. Quizás sea éste un lugar y una mirada posible, no divisoria y no binaria, para una cultura creada por mujeres. Haber diluido la polaridad, la distribución predestinada de culpas e inocencias, es proponer no solo un lente con el que mirar la historia política, sino también una clave para leer la conflictiva emocional que atraviesa esta historia. Entre la violencia y el deseo, podríamos decir, existe un correlato. Y el deseo también se juega en una zona de impurezas, de incorrecciones, de peligrosidad, en donde emerge, autónomo, lo indominable. Sólo los preceptos culturales logran, y no siempre, aplacar su fuerza: “Si Sebastián no hubiera sido mi marido, yo habría sido la esposa de Mangorá” (71), dice Lucía. Porque en las mujeres la batalla entre la pulsión y la represión se resuelve, por lo general, de modos más indirectos y si se incendian fuertes o se matan cuatro mil hombres -a menos que seamos Margaret Tatcher- lo hacemos sublimatoriamente, por ejemplo, con el poder transformador de la palabra. </span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt;">
<span style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11pt;">La escritura de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lucía Miranda</i> de Rosa Guerra está humaniza-da, es decir, interceptada por el deseo y por sus contradicciones, pe-ro, merced a las ataduras de su época, a la vez mantiene cierta fideli-dad a la discursiva patriarcal y colonialista. Firmar con nombre de varón (tal es el caso de Eduarda Mansilla, cuyo pseudónimo fue Da-niel) o identificarse con el discurso del opresor, son dos de las estrategias de encubrimiento que han posibilitado a ciertas mujeres escribir y publicar en medio de una cultura letrada masculinista. La autorizada palabra de los varones (y su correlato en las instituciones hegemónicas) se ha arrogado el derecho de legitimar la de las mujeres (y la de las minorías oprimidas). Desde allí puede leerse la inclusión de una suerte de carta “aprobatoria” escrita por Miguel Cané (padre), con la que nos encontramos ni bien abrimos el libro. Pero a continuación damos con otra misiva, esta vez escrita por Guerra y dirigida a su par, Elena Torres. Con esta, Rosa le dedica a Elena, su mejor amiga, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lucía Miranda, novela histórica</i>. La autora recuerda: “A tu voz tan deliciosa para mí, trataba de componer mi semblante, secaba mis lágrimas, y me sentaba contigo en las gradas de mármol de la galería, frente al río (…) Tú hacías tu crochet, mirabas de vez en cuando a la puerta de hierro; yo te miraba (…) nos habíamos comprendido”(21). Una alianza solidaria entre mujeres que no reproduce una estructura vincular verticalista, sino que, por el contrario, genera un espacio propio de realización personal. Una unión que, según leemos en la carta, ha impulsado en Guerra la emergencia de la escritura misma. Quizás debamos adjudicar a esta misma sororidad entre las amigas, la decisión de Rosa Guerra, y también de Mansilla, de contar esta historia y de acercarse, por identificación, a la compleja sensibilidad de Lucía Miranda. </span></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-52466374581709356422012-01-01T11:40:00.000-03:002013-06-26T10:38:30.506-03:00Prólogo a "Recuerdos de antaño", de Elvira Aldao por María Teresa Andruetto<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-G9Pf-gQ2tgw/T4wyJ9HkG3I/AAAAAAAAAHI/1KYV0KpCZzs/s1600/Tapita+web+Recuerdos+de+anta%25C3%25B1o+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-G9Pf-gQ2tgw/T4wyJ9HkG3I/AAAAAAAAAHI/1KYV0KpCZzs/s320/Tapita+web+Recuerdos+de+anta%25C3%25B1o+Las+Antiguas.jpg" width="190" /></a></div>
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<div class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm 24pt; text-align: left; text-indent: 0cm;">
<b>La memoria pedagógica. Prólogo a Recuerdos de antaño, de Elvira Aldao. Editorial Buena Vista 2011. Por María Teresa Andruetto</b></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">*</span></i></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">Entre las olvidadas que es importante recuperar, están las es-critoras del Ochenta, las mujeres de la generación que heredó el país después de la caída de Rosas y que, alentada por su fe en el progreso y su mirada eurocéntrica, comenzó un programa de organización nacional cuya impronta tiene todavía fuerte presencia entre noso-tros. Elvira Aldao pertenece a esa generación. Escribía de modo sos-tenido, se consideraba a sí misma una escritora, publicaba regular-mente, tuvo reconocimiento y expresaba en sus escritos ideas pro-pias de su tiempo y de su condición. En la mayoría de los aspectos, las mujeres del Ochenta no eran muy diferentes de sus colegas varo-nes, creían en los postulados positivistas del progreso material y compartían con ellos el afán de viajar y conocer otras culturas, en particular la francesa. Sin embargo, la condición de género las colo-caba en un lugar distinto, porque aunque eran adineradas y perte-necían a la clase que dirigía los destinos de la nación, llevaban vidas diferentes de las de los hombres y eso produjo en sus escrituras preocupaciones también diferentes. Observar esas escrituras permite encontrar ciertos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">desvíos</i> de la tradición literaria ejercida por los va-rones y de lo esperable en la sociedad a la que pertenecían.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>Para lle-var adelante sus proyectos debieron sortear, aceptar o soportar los tabúes que definían la respetabilidad femenina y las condicionaban en sus vidas privadas y su desarrollo literario. Algunas supieron en-contrar modelos en el joven pasado de la patria y se vieron inspira-das por Juana Manuela Gorritti, Clorinda Matto, Juana Manso, quie-nes tuvieron roles claves (escribieron, debatieron ideas, fundaron re-vistas, organizaron tertulias) en la defensa de la causa femenina. En ese ambiente fue sin duda una gran ventaja pertenecer a la élite polí-tica y cultural del país, tener la familia y las conexiones necesarias. La mayoría de ellas las tuvieron. Elvira Aldao de Díaz era hija del político y colonizador Camilo Aldao, se codeó con las personalida-des más descollantes de su tiempo, tuvo una vida por todo lo alto (viajes a Europa, salones parisinos, temporadas de descanso en el Mediterráneo y fiestas en barcos de primera) y a edad madura es-cribió sus memorias y comenzó a publicarlas. Sin embargo, pese a los beneficios que su condición le proporcionaba (contó con la venia de editores y de críticos y tuvo en su momento gran aceptación), no pudo evitar ciertos obstáculos como la furia de un hermano, el es-critor Martín Aldao, quien molesto por algunos pasajes indiscretos de su libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Recuerdos dispersos</i>, adquiere todos los ejemplares y los destruye.<span class="apple-style-span"><span style="color: #333333;"> </span></span></span><span style="font-size: 11.0pt;">Este hecho la</span><span class="apple-style-span"><span style="color: #333333; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;"> </span></span><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">vincula en algún punto con otras artistas del siglo diecinueve y primeras décadas del veinte amordazadas por hermanos, padres o maridos por excederse en lo que les estaba per-mitido decir.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">La cuestión central para las escritoras del Ochenta fue, como para los varones, la fe en el progreso tecnológico. Pero interpretaron que ese progreso tenía que incluir<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>reformas en los derechos civiles y bregaron por el derecho a la educación y a trabajar fuera de la casa, tal vez sin saber cuánto iba a modificarse a partir de esos cambios la sociedad de la que formaban parte y de cuyos beneficios disfruta-ban. A veces renovadoras y en algunas ocasiones de avanzada en lo que respecta a los derechos civiles, ellas fueron en su mayoría con-servadoras en lo que respecta a los derechos económicos y sociales de la clase a la que pertenecían.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>Cambiar la dinámica en el seno de la vida doméstica, implicó </span>—<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">quizás más de lo que pudieron prever</span>—<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;"> </span></i><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">el cambio en otras relaciones de poder. Hoy, a más de un siglo de distancia, algunas de sus preocupaciones vitales y sus batallas son todavía nuestras, a la vez que los privilegios materiales de la vida que vivieron están tan lejos de nosotras como los personajes de un cuento de hadas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 18.0pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">**</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">Recuerdos de Antaño</span></i><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;"> podría inscribirse en una serie de obras confesionales de la literatura argentina en las que la intimidad se transforma en experiencia ética (Alberto Giordano, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El giro biográfico de la literatura argentina actual</i>, Mansalva 2008). Un libro de recuerdos de infancia y juventud a enhebrar con otros libros de memorias an-teriores y posteriores, escritos por varones o mujeres durante el siglo XIX y las primeras décadas del XX, un abanico de obras muy disí-miles que van desde<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Recuerdos de provincia</i> de Sarmiento, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mis me-morias</i> de Lucio V. Mansilla, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Carta confidencial</i> de Carlos Guido Spa-no, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Juvenilia</i> de Miguel Cané o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mis montañas</i> de Joaquín V. González hasta este libro de Elvira Aldao o los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuadernos de Infancia<span style="color: #333333;"> </span></i>de Norah Lange y los primeros <span class="apple-style-span"><i><span style="color: black;">Testimonios </span></i></span>de Victoria Ocampo. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">En los relatos autobiográficos de infancia, la historia y el espa-cio social en que los protagonistas/ escritores vivieron, obran de manera directa sobre las vidas y condicionan sus versiones. Así pue-de verse en ellos, además del pasado de quien relata, la construcción de una época y advertir de qué manera y con qué fines se miran los escritores a ellos mismos y desde qué necesidades, condiciones e in-tereses seleccionan o recortan los recuerdos y el olvido. En el marco de esta literatura que es a la vez experiencia de lo íntimo y de lo pú-blico, Elvira Aldao recupera con graciosa nostalgia la juventud per-dida y al mismo tiempo tiene ideas muy precisas acerca de su mun-do y del lugar que en él ocupa. El suyo es un programa que -pese a la exposición de sus asuntos- no entra en crisis con lo hecho o pen-sado, ni ofrece flancos o zonas de riesgo para sí, ni pone en cuestión principios, valoraciones e intereses.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>No aparecen en el recuerdo zo-nas en las que la narradora, a la vez personaje central, se muestre en aspectos inadecuados o incómodos, ya que la mujer/escritora habla siempre desde el sitio (la edad, la condición, el lugar de poder y de respeto ganados) desde el cual se puede apreciar lo vivido <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tal y como debía ser</i>, es decir como una exhibición de la mejor vida posible. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">Recuerdos de Antaño</span></i><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;"> tiene como pie de escritura un lugar y una fecha: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mar del Plata 1930</i>, el año de la destitución de Irigoyen, el gol-pe militar de Uriburu y el comienzo de la década infame. Elvira Al-dao </span>—<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">declaradamente anti irigoyenista y decidida propulsora de “la modernidad tecnológica y de costumbres”</span>—<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;"> pertenece al anti-guo régimen, el que a través del golpe de Uriburu pretende restau-rarse en la presidencia. En lo literario, aunque han pasado tres déca-das del nuevo siglo, ella es claramente una escritora del siglo XIX que publica su libro </span>—<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">más<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>programático que nostálgico</span>—<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;"> en el mo-mento en el que una joven Victoria Ocampo da a conocer sus prime-ros escritos <span class="apple-style-span"><span style="color: black;">y apenas siete años antes que Norah Lange </span></span></span>—<span class="apple-style-span"><span style="color: black; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">convertida en musa de la vanguardia y abiertas las compuertas a lo experimen-tal</span></span>—<span class="apple-style-span"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;"> </span></i></span><span class="apple-style-span"><span style="color: black; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">publicara sus <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuadernos de infancia</i>. </span></span><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;"></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">La escritura pretende, a juzgar por el prólogo que la precede, mostrar la transformación de las costumbres y el salto tecnológico llevado adelante por las políticas nacionales desde su infancia. El re-lato es fresco, busca sin alambicamientos la precisión del recuerdo, compara el ayer con el presente y saca conclusiones, contrapunto en-tre lo vivido en la infancia y la reflexión llevada adelante en la ma-durez. </span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">…<i style="mso-bidi-font-style: normal;">imperdonable su publicación si no surgieran de ellas algunas im-presiones de interés general: las que se imponen por contraste, entre la in-genua sencillez de nuestras costumbres hogareñas y sociales, en el retro-traer de unas décadas con los hábitos, cultura y refinamientos de la vida ac-tual. Extraordinaria transformación, efectuada en un lapso tan relativa-mente corto, que ha permitido disfrutarla a la misma generación, la que se va extinguiendo… (…) a la misma generación que no conoció en su infan-cia y primera juventud, las ventajas del confort moderno, ni los halagos es-pirituales que hoy se ofrecen sin buscarlos</i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">En ese contrapunto que va del pasado de la escritora al mo-mento de la escritura, aparecen las ciudades europeas, las tías y ami-gas de su madre, la moda, los juegos, los libros que se leen, las cos-tumbres, las comidas, el trato con la servidumbre, al servicio de mostrar cómo se educa y se construye una mujer de su condición y por ende, cómo se ha construido la mujer que esta escritora es. En el trasfondo pasa la vida política, la polémica de Sarmiento con su pa-dre, cierto desprecio por los advenedizos, los bailes en honor de po-líticos hoy consagrados en el panteón nacional, el tránsito de todos ellos por su casa, el rechazo furibundo a Irigoyen… Esto alternado con deliciosos relatos sobre comidas y postres, el pato casero con sal-sa de maní preferido por el padre, la mezcla de cocina criolla y “al-gunos platos franceses, ya en auge en Rosario”, los postres “com-pletamente criollos: la pasta de almendra, con alta torre de pasta de maní…, destacándose entre estos dulces el de limón sutil, de Santa Fe, enviado especialmente por mi tía Carmelita para el día de papá”, los viajes, las fiestas en los barcos - verdaderos palacios flotantes-, los grandes salones de baile donde la niña nacida en Rosario ve bai-lar a la princesa de Faucigny Lucine, el descubrimiento del tango en “el magnífico transatlántico <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La France</i>, en excursión a la isla de Wight, en un día de regatas reales”, el prestigio de los animadores del gran mundo parisino, las temporadas de refugio en la costa fran-cesa durante la primera guerra mundial. Confesión de que se ha vi-vido destinada a las mujeres de la nueva generación, para que pue-dan apreciar cuánto se avanzó en las costumbres y en las facilidades de la vida.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">Es arriesgado escribir impresiones de infancia y juventud </span></i>—<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">expo-niéndose al público en bandeja</span></i>—<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">, cuando no se tiene para ello representa-ción especial, ni autoridad intelectual. Si me he atrevido a tanto, es por con-siderar que en los casos generales, las impresiones infantiles y juveniles, más que personales, representan la infancia y juventud de una misma épo-ca. (…) Estoy cierta que mis contemporáneas </span></i>—<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">especialmente mis compro-vincianas</span></i>—<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;"> encontrarán que la mayor parte de las cosas de mi niñez y ju-ventud son las mismas suyas. Y la juventud de esta época, de avanzada ci-vilización y amplia libertad, podría darse una idea de la juventud de sus a-buelas… (…) sí, espero que la gente joven pueda darse de aquellos tiempos (cuyo atraso y candor les causará asombro) una idea sucinta, pues estas páginas…., </span></i><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">dice Elvira Aldao en las líneas finales de este libro, justo cuando el mundo comienza a ser otro y lo que causa asombro o im-pudicia o candor es no tanto el pasado de la escritora sino su modo de vivir el presente, un presente que es de antaño para las nuevas generaciones de mujeres, ya preocupadas por otros asuntos.</span></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-11671453154066200892012-01-01T11:00:00.001-03:002013-06-26T10:40:07.847-03:00Prólogo a "Stella", de César Duayen (Emma de la Barra) por Cristina Piña<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-3VyXnNUhPfU/T4wv6YxlBII/AAAAAAAAAG4/zmHEd9lAWSo/s1600/Tapita+web+Stella+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-3VyXnNUhPfU/T4wv6YxlBII/AAAAAAAAAG4/zmHEd9lAWSo/s320/Tapita+web+Stella+Las+Antiguas.jpg" width="193" /></a></div>
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<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-top: 72.0pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<span style="font-family: "English111 Vivace BT"; font-size: 24.0pt;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm 24pt; text-align: left; text-indent: 0cm;">
<b>Instrucciones para silenciar un éxito arrollador o los muchachos no perdonan. Prólogo a Stella, de César Duayen (Emma de la Barra). Editorial Buena Vista 2011. Cristina Piña</b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Hace muchos años, el poeta colombiano Juan Gustavo Cobo Borda hablaba del “correo de las brujas” para aludir a las circuns-tancias azarosas por las cuales los libros llegan a nuestras manos. En el caso de mi relación con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Stella</i> de César Duayen, sería más preciso llamarlo “correo de las tías”, ya que fueron mis tías abuelas urugua-yas –lectoras empedernidas, reacias a cualquier Index que les quisie-ran imponer y feministas de alma- a quienes se las oí nombrar y en-comiar. Es cierto que con una mínima reticencia por parte de la ma-yor y más culta de ellas –la que devoraba todo lo que caía bajo sus ojos ávidos, fuera Shakespeare, Cervantes o Maupassant- quien, aunque idolatraba a la protagonista y consideraba impecable la pin-tura de época –que había vivido porque era de 1882- criticaba cierto “romanticismo idealizante” del/la autor/a.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">También gracias a ellas, Alejandra, la protagonista de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Stella</i>, siempre tuvo para mí los rasgos de Zully Moreno, ya que si bien nunca conseguí ver el film dirigido por Benito Perojo en 1943 y que la tenía como primera actriz, me contaron hasta el último detalle de sus gestos y su ropa –obviamente, las tías eran fanáticas del cine y de Zully Moreno.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">En realidad, a pesar de que ni en ese momento ni hasta mucho después leí la novela –tras la edición de Juventud de 1944 sólo se hicieron dos más- tuve suerte, ya que al menos conocía de nombre a César Duayen-Emma de la Barra y a su primera y celebradísima no-vela, frente a la casi la totalidad de mis contemporáneas –y ni qué decir de mis contemporáneos varones- que lo desconocieron y lo si-guen desconociendo hasta hoy, a causa del injusto olvido en el que cayó ese primer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">best-seller</i> argentino.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Escribo la calificación anglosajona y sé que para muchas y mu-chos el mero hecho de que haya vendido las cantidades inconcebi-bles que vendió en su momento –se hicieron nueve ediciones sólo en 1905-, que haya sido traducida a varios idiomas y prologada por Ed-mundo de Amicis es un baldón, pues para ellos se conecta más con el gusto popular y con el mercado que con la literatura. Pero a e-sas/os les recuerdo que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cien años de soledad</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rayuela</i> fueron rabio-sos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">best-sellers</i> en los sesenta y ni qué decir de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El amante </i>de Mar-guerite Duras, ya en plena década del ochenta. Asimismo, que desde el punto de vista sociológico, la condición de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">best-seller</i> puede indi-carnos mucho sobre las expectativas, intereses y “temperatura” de una determinada sociedad.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Por cierto que no comparo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Stella </i>con los libros que acabo de nombrar –a lo que si algo los hermana es una renovación formal que no aparece en la autora de principios del siglo XX-, pero sí subrayo, por un lado, los prejuicios –que en el caso de César Duayen/Emma de la Barra suman a la pose intelectualoide de que “nunca es bueno lo que vende”, el inveterado machismo del campo intelectual ar-gentino- y, por el otro, la necesidad de reconstruir el horizonte de expectativas del momento para evaluar un libro y hacerle mínima justicia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Porque cuando ponemos a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Stella</i> junto a las novelas de Carlos O. Bunge o, unos años después, de Manuel Gálvez, o comparamos su prosa con la de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La guerra gaucha</i> de Lugones, las cosas se ponen en su lugar, ya que lo que puede resultarnos sensiblero o roman-ticón en la obra de César Duayen está también en la de sus colegas varones, sólo que disculpado y justificado por los encargados de de-limitar el canon literario. Es decir, que los rasgos que hoy nos moles-tan, más que ser propios de un estilo individual están vinculados con la sensibilidad y el estilo de la época, con la salvedad de que, por tratarse de una mujer y, encima, con un éxito arrollador, los cus-todios de la “tradición nacional” los han contado como “defectos” y, en consecuencia, la han dejado de lado.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">El hecho de que no sea el único caso –pensemos sino en los es-fuerzos realizados por críticas como María Rosa Lojo, María Gabrie-la Mizraje o Lea Fletcher para que se valorizara en su justa medida la obra de Juana Manuela Gorriti, Juana Manso o Eduarda Mansilla- no implica que no se trate de una enorme injusticia, porque frente a otros contemporáneos, César Duayen/Emma de la Barra tiene la ca-pacidad, poco común en el momento, de presentar personajes com-plejos y con múltiples aristas contradictorias, eludiendo los estereo-tipos –excepto en los personajes secundarios, que justamente se pro-ponen representar a la sociedad porteña de entonces- y manejándose con contraposiciones y oposiciones que, curiosamente, se articulan sin ningún problema con su facilidad narrativa.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Sin embargo, antes de detenerme a destacar aquellos rasgos de esta novela que, como he dicho, convierten en una flagrante injus-ticia que la hayan relegado al desván de la literatura olvidable, quie-ro destacar algunos aspectos de la vida y la personalidad de Emma de la Barra/César Duayen que, unidos a sus valores literarios, nos permiten captar su verdadera estatura intelectual.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Nacida en 1861 en una prestigiosa familia santafecina –su pa-dre, Federico de la Barra, funda y redacta <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Confederación</i>, primera publicación periodística que aparece en Rosario entre 1854 y 1861-, crece en un ambiente frecuentado por personalidades como Roca, Bernardo de Irigoyen, Mitre y Avellaneda. A ellos se sumarán, debi-do a sus intereses musicales, literarios y artísticos en general, figuras de estas áreas y, ya casada –seguramente no por voluntad propia- con su tío carnal, también periodista, se embarca en diferentes pro-yectos culturales y sociales. Así, funda la Sociedad Musical Santa Cecilia, crea la Primera Escuela Profesional de Mujeres, participa de la Cruz Roja que había creado Elisa Funes de Juárez Celman en 1890 y, en 1893, junto con Delfina Mitre de Drago, organiza una exposi-ción de joyas y obras de arte en el Palacio Hume, donde se pudieron admirar las más valiosas colecciones existentes entonces en Buenos Aires y que puede considerarse el antecedente inmediato de la crea-ción del Museo Nacional de Bellas Artes, que se fundó en 1895 en la galería del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bon Marché</i>. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">En otro orden de cosas –que nos remite a los intereses sociales de Emma de la Barra- en 1886 invierte, junto con su marido, buena parte de su fortuna en la construcción del Barrio Obrero Tolosa, co-nocido como “Barrio de las mil casas”, que desgraciadamente fra-casa a causa de la fundación de La Plata –geográficamente muy cer-cana a Tolosa- por parte de Dardo Rocha, pero que fue el primer ba-rrio obrero de toda América del Sur.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Tras enviudar, se recluye no sólo en su casa sino en la litera-tura, y así escribe en muy pocos meses <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Stella,</i> novela que aparece en 1905, primero anónimamente y luego con el seudónimo de César Duayen. La obra tiene un éxito tan formidable que genera tres acon-tecimientos inéditos en nuestro campo intelectual. En primer tér-mino, da pie a un concurso –impulsado por el que luego sería su se-gundo marido, Julio Llanos, periodista de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Nación</i>- para averiguar quién se ocultaba tras el seudónimo, y que “gana” Manuel Láinez de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Diario,</i> quien revela que se trata de la “bellísima dama de socie-dad Emma de la Barra”. En segundo lugar, en tres días agota la cifra formidable de 3.000 ejemplares y en dos meses 9.000, por lo cual la librería Moen de la calle Florida tuvo que poner un empleado más para atender exclusivamente las ventas de la novela, redobladas al conocerse la identidad del/la autor/a. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Al respecto, destaco que no se trata de un fenómeno acciden-tal: como señala la estudiosa norteamericana Bonnie Frederick, hasta 1932 <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Stella </i>vende en el país y en el exterior la friolera de 300.000 ejemplares, a los que habría que sumar los posteriores, ya que hasta la década del 40 sigue editándose con regularidad. Por último, logra que la casa editorial barcelonesa Maucci –que publicó <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Stella- </i>le ade-lante a su autora $ 6.000 por una primera tirada de 5.000 ejemplares de su siguiente novela –<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mecha Iturbe</i>- caso sin precedentes en nues-tra literatura, no sólo porque lo máximo que se había pagado antes a un escritor fueron $ 2.000 a Florencio Sánchez por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Barranca abajo </i>–que se puso en escena en 1905-, sino porque las ediciones de la épo-ca eran de apenas 500 ejemplares. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Sin embargo, todos estos factores no ocultan el hecho de que para publicar, la autora –siguiendo el ejemplo de George Sand y George Eliot- haya elegido un seudónimo masculino, cuyo motivo ella misma reveló en una entrevista de 1933 en la revista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Hogar,</i> con la que colaboraba: </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 1.0cm; text-indent: 0cm;">
<span style="font-size: 10.0pt;">“Hace un cuarto de siglo las mujeres ocupábamos una situación es-pecialísima dentro del ambiente social. No se concebía la posibilidad de que transpusiera los límites del hogar sin que violara los más elementales preceptos de su organización. ¿Cómo iba a atreverme a firmar una novela? ¡Qué esperanza! Era exponerme al ridículo y al comentario.”</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Pasando ahora a la novela, nuevamente nos encontramos con motivos de asombro, porque parece casi mentira que la autora la ha-ya escrito en unos pocos meses, ante todo por la soltura con que enhebra los episodios de la trama –abigarrada pero nunca confusa-, en los que está sabiamente dosificado el suspenso y que, en una re-versión casi completa de lo habitual en el momento, culmina en un final abierto. En efecto, si bien el lector imagina lo que ocurrirá des-pués, la autora no cierra los hilos de la trama –apartándose de la tra-dición realista en la que se inscribe ya desde el subtítulo “Una no-vela de costumbres argentinas”- gesto por el cual reitera, en el nivel de la trama, ese constante juego entre lo dicho y lo no dicho, lo sa-bido y lo supuesto, lo aparente y lo real, que le da su singular ri-queza al libro.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Porque, si algo no es<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Stella</i>, es una novela que se adecue to-talmente a los cánones, no sólo los del realismo con toques de ro-manticismo que adopta, sino los de una postura feminista y activa, como lo demuestra la vida de la autora. En efecto, si por un lado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ste-lla </i>está llena de elementos que nos enfrentan con una mirada femi-nista y sumamente crítica respecto de la sociedad patriarcal de la é-poca, por el otro, eso no implica que sus personajes estén plena-mente instalados en una visión y una postura que haya roto con to-dos los lastres anteriores y resuelto todas las contradicciones. Y esta oscilación, lejos de conspirar contra la solidez de la novela, en mi o-pinión es lo que literariamente le da buena parte de su atractivo y su encanto, así como, sociológicamente, pone de relieve los límites de una sociedad en pleno proceso de modernización.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Así, aunque su protagonista, Alejandra Fussler –Alex como la llaman, en una sutil indicación del costado masculino del personaje- tiene una excepcional educación europea, una mirada moderna y a-vanzada sobre la sociedad y los papeles que en ella les deberían tocar al hombre y la mujer, conoce perfectamente el mundo y se ha codeado con Papas y reyes, no sabe cómo manejarse en la alta so-ciedad argentina, hipócrita y de escaso vuelo intelectual, tanto como es incapaz de discernir sus propios sentimientos. Tampoco está pre-parada, por su ingenuidad, para los lances amorosos y las envidias que suscita, y, por fin, no atina a franquearse con el único personaje que podría entenderla.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Correlativamente, también encontramos contradicciones y de-fectos en el otro protagonista, Máximo Quiroz, cuya amplia expe-riencia vital, cultura e inteligencia no le impiden malinterpretar las actitudes de Alejandra y desconfiar de ella a pesar de su perspicacia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Sin embargo, como decía, estos defectos, lejos de perjudicar a los personajes de la novela, los hacen más humanos y creíbles, com-pensando el carácter abiertamente idealizado de la hermana menor de Alejandra que da título al libro, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Stella</i>, especie de ángel lisiado que parece salido de una fantasía victoriana o de un cuento de Hans Christian Andersen y que contrasta con la verosimilitud realista con que están pintados los otros niños de la familia argentina donde re-calan las hermanas noruegas y que contribuyen al carácter costum-brista de la novela.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Y ya que he nombrado este aspecto, no se puede dejar de des-tacar la rica, lúcida, completa y compleja pintura de costumbres que nos presenta <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Stella</i>, y que en gran medida explica el éxito arrollador que tuvo. Porque la sociedad porteña sin duda se vio reflejada en e-lla –implacablemente descripta por la mirada distante de la extran-jera, lugar en el que se ubica la narradora en coincidencia con la perspectiva de su protagonista-, así como, según comentan los crí-ticos de la época, creyó reconocer a muchos personajes del momen-to. Desde ese punto de vista, también resulta una novela fascinante para el lector de hoy que, además, con más de un siglo de distancia histórica, también puede percibir la sutil articulación que hace la au-tora entre la situación del país –en pleno período de modernización y lleno de dudas frente a un proceso cuyos alcances no distingue con claridad, sobre todo en lo relativo a los valores que reemplazarán a los tradicionales- y las relaciones entre hombre y mujer, también en un proceso de modificación vertiginoso.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Porque si, por un lado, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Stella</i> está clarísima la apología de la instrucción de la mujer, de su incorporación a la vida intelectual y al trabajo tradicionalmente reservado a los hombres –Alejandra se en-carga de las finanzas de su familia materna-, de su capacidad para existir como ser humano más allá del matrimonio, así como se pro-mueve el compromiso de los hombres más capaces con la política del momento, a fin de llevar el país a una elevación sociocultural y productiva que lo acerque al paradigma europeo, por el otro, no está nada claro cómo se las arreglarán en sus relaciones esa mujer y ese hombre nuevos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Claro que estos matices y claroscuros, estas definiciones y osci-laciones se perciben con mucha mayor claridad cuando uno se entre-ga a la lectura de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Stella</i>,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>cuyo rescate merece celebrarse desde los di-versos puntos de vista que señalé. Asimismo, y como confirmación de su auténtica condición literaria, sus lectores sentirán el placer que nos producen las narraciones amenas y bien armadas, el impulso a no dejar de leerla a causa del buen manejo del suspenso, la tentación de marcar párrafos enteros o frases por el acierto de las ideas o del estilo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11.0pt;">Por último, seguramente quieran saber más sobre ese perso-naje fascinante que fue Emma de la Barra y que con tanta desidia o mala fe casi se ha excluido del canon literario argentino.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-14898620135209325612012-01-01T11:00:00.000-03:002013-06-19T12:05:28.661-03:00Prólogo a "La tierra natal" de Juana Manuela Gorriti por Carolina Esses<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<style>
st1\:*{behavior:url(#ieooui) }
</style><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-VMBR6XBJDzg/TjSRPcDbo6I/AAAAAAAAAFw/DymNKvbhSTo/s1600/Tapita+La+tierra+natal+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" src="http://2.bp.blogspot.com/-VMBR6XBJDzg/TjSRPcDbo6I/AAAAAAAAAFw/DymNKvbhSTo/s320/Tapita+La+tierra+natal+Las+Antiguas.jpg" width="223px" /></a></div>
<br />
<strong>El libro que no se lee; el libro que se escribe. <em>Prólogo a </em>La tierra natal<em>, de Juana Manuela Gorriti. Editorial Buena Vista 2011. Por Carolina Esses</em></strong><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt;">
<span style="font-size: 11pt;">De las escritoras del siglo XIX cuya obra llega a nuestros días, Juana Manuela Gorriti (1816- 1892) quizás sea la más prolífica. Su literatura se mezcla con una biografía itinerante y tumultuosa marcada por la vida en la frontera, el exilio junto a su padre en Bolivia –el general unitario Juan Ignacio Gorriti- y más tarde los avatares político/sentimentales junto a su marido, el caudillo boliviano, Isidoro Belzú que la llevan a trasladarse a Lima, Perú. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt;">
<span style="font-size: 11pt;">¿Es posible, todavía hoy en pleno siglo veintiuno, continuar leyendo la obra de Gorriti desde su biografía –novelada si se quiere- ocultando a la escritora y poniendo el énfasis en la heroína? De eso se ocuparon ya, como señala Graciela Batticuore en su libro <i>La mujer romántica, lectoras, autoras y escritores en la Argentina: 1830-1870 </i>(Buenos Aires, Edhasa, 2005) las reseñas y comentarios de la época. Elementos no faltaron: rumores de infidelidad que provocaron la ruptura con Belzú a la vez que enfrentaron al caudillo con el presunto amante, el general Ballivián; el posterior asesinato de Belzú –ya separado de Gorriti- en pleno ejercicio de la presidencia; Gorriti que asume su rol de viuda presidiendo homenajes y sepelios a la vez que participa en la rebelión armada que intenta derrocar a los nuevos líderes; y podríamos seguir enumerando aventuras y desventuras de esta suerte de heroína romántica. Sin embargo, su obra y, paradójicamente, uno de sus libros más autobiográficos, <i>La tierra natal</i>, han sabido resistir gozosamente a esta operación. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt;">
<span style="font-size: 11pt;"></span><br />
<a name='more'></a>El viaje hacia el lugar de la infancia, de los primeros años, es el eje de este libro. Se trata del relato de un viaje, sí, pero, sobre todo, de un texto construido en la tensión de varios hilos narrativos: el recuento histórico, los avatares de la memoria, la nostalgia que no es -o no quiere ser- sensiblería pero que a veces pareciera sucumbir a las convenciones de la época –lo que una mujer debe escribir, lo que de ella se espera en su travesía por el recuerdo- y cierta incomodidad constante que se lee entrelíneas, como si Juana Manuela nos hablara por lo bajo, invitándonos a leerla en el revés de la trama, apelando a nuestra biblioteca, haciéndose un lugar entre nuestras lecturas. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt;">
<span style="font-size: 11pt;">Primero en tren, luego en galera, el viaje comienza con una escena significativa, en la que vale la pena detenernos. Juana Manuela, personaje y narradora, lleva un libro sobre la falda. Se podrá decir que la crítica suele ser propensa a encontrar estas escenas de lectura en la ficción, como si nos empecináramos en hallar siempre un espejo dispuesto a reflejarnos en tanto lectores y lectoras. Lo cierto es que muchas veces -y ésta es sin duda una de ellas- estas situaciones de lectura están cargadas de sentido y plantean maneras concretas en las que un autor concibe su práctica literaria. Del libro, poco se dice, sólo que había sido elegido “<i>no para matar el fastidio, que no lo conozco, sino por hacer como los otros”. </i>Claro, Gorriti no responde al modelo de mujer decimonónica acostumbrada a leer –novelas en general- para matar el desgano fruto del trabajo en el hogar o las exigencias sociales. Juana Manuela es ya –año 1884- una mujer pública. Casi en el final de su vida ha publicado más de una quincena de libros. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt;">
<span style="font-size: 11pt;">A unos metros, en el mismo vagón, un grupo de hombres –“chacales” los llama la narradora- conversan sobre el mismo libro que Juana Manuela lleva sobre sus rodillas. Conversan: lo despedazan. Tienen las fauces llenas de hiel, parafraseándola. Sin embargo, por más empatía que sienta con el presunto autor o autora del libro, Juana Manuela, no lo abre. “<i>Asesinado”</i> –para usar sus mismas palabras- el libro quedará cerrado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt;">
<span style="font-size: 11pt;">Mínima -apenas ocupa unas líneas- esta escena -y las reflexiones que suscita en el personaje- condensa, desde los primeros párrafos, la tensión que recorrerá todo el libro. Estamos hablando de una tensión que se genera entre la adecuación a la norma y cierta resistencia, cierta construcción de un lugar incómodo o desfasado desde el cual Gorriti narra. Por un lado porque por más a disgusto que se encuentre entre estos críticos, Juana Manuela no salva el libro, es decir: no lo lee. Acepta la palabra de los otros. Pero, por el otro lado, logra la distancia necesaria para comprender la manera de operar del grupo de hombres. Se puede pensar que con este comienzo intenta hacer explícita una operación que conoce bien, un mecanismo que ya ha visto actuar sobre sus libros anteriores: será, siempre, la mirada masculina, la que le otorgue valor, la que lo ubique -y <i>la</i> ubique a Gorriti- dentro o fuera de un posible cánon. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt;">
<span style="font-size: 11pt;">Claro que éste no es el único lugar incómodo para la narradora. Juana Manuela tampoco se siente parte de la charla sobre moda de las mujeres en el vagón. Entonces, más de una vez se hará la sorda, se empecinará en no escuchar. Como lo hace, ya en Salta, cuando algún sabiondo, como los llama ella, intenta explicarle alguna cuestión que ella prefiere pensar desde su memoria afectiva, desde la particularidad de su experiencia<b>,<span style="color: red;"> </span></b>que es calificada por el hombre como ignorancia. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt;">
<span style="font-size: 11pt;">Las escenas de lectura en <i>La tierra natal</i> no se agotan aquí. O más bien deberíamos decir, escenas de <i>no lectura</i>, ya que los libros no se leen. También de niña, Gorriti se retrata con un libro. Sólo que, en lugar de leerlo, se ocupa de fingir la concentración necesaria para que le permitan seguir ahí, escuchando lo que de verdad le interesa: la conversación entre las dos mujeres que tiene a su lado. La maestra, al darse cuenta la reprende, la <i>“manda a recreación”</i>, pero Juana Manuela regresa al salón e intenta escuchar, quiere saber más. La decepción no tarda en llegar: han cerrado la puerta. Sólo será a través del relato que la propia Juana Manuela recupere años más tarde de la boca de otra mujer –la Larguncha, una costurera que lo sabe todo, la auténtica cronista de Salta- que la historia se completa. Una entramado de voces de mujeres, como vemos, que primero silencian –desde la escuela, desde la institución- y luego, facilitan desde un lugar mucho más marginal.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt;">
<span style="font-size: 11pt;">Gorriti decide, en este libro, no retratarse como la lectora de novelas –aunque como ya vimos esto lleve implícto un adecuarse a la palabra condenatoria de los hombres- ni tampoco como la niña lectora. Se puede decir que lo que Juana Manuela no lee –ni en la escuela, ni en el viaje en tren- es lo que luego escribe. Esta elección la coloca en un lugar diferencial, casi privilegiado, el de ser ella misma la cronista, la narradora, la encargada de recopilar el relato de los otros, cruzarlos con su propia experiencia y volcarlos sobre el papel. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt;">
<span style="font-size: 11pt;">Como decíamos<i>, La tierra natal,</i> es el relato de un viaje. Pero, lo cierto, es que la estructura narrativa del género –la partida, el trayecto, la estadía y el regreso- le sirve a la autora para enmarcar una serie de narraciones que se entremezclan con la experiencia de la cronista. Lo que ella ve y oye no es sólo lo que sucede en el presente, sino también o sobre todo, el relato de los otros y las otras. A la cartografía de nombres ilustres dueños del paisaje salteño, al relato de corte histórico en el que se narran las discordias fruto de la guerra entre unitarios y federales, la autora le superpone una galería de personajes mucho menos centrales entre los cuales se distingue nítidamente a las mujeres. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt;">
<span style="font-size: 11pt;">Una tipología <i>“lúgubre”</i> –como adjetiva uno de sus compañeros de viaje- pero no por lúgubre, nos dice Gorriti, menos verdadera: una esclava muerta mientras huía con su hijo pequeño de los abusos de su amo; otra azotada por un boticario que la considera sólo un medio para transmitirle un mensaje a su ama; un grupo de mujeres recluidas en un convento; Martita, traicionada por su prometido y su mejor amiga; Jacinta quien armada con un pistolín de marfil mata a un hombre y logra intimidar a un marido violento. Historias que Gorriti cuenta al pasar, hilvanadas en un discurso que por momentos se aniña en exclamaciones o adopta un tono nostálgico y melancólico pero que luego remata con frases como: <i>“pero que quieren ustedes, señores (…) Este planeta está lleno de injusticias y temores. Vienen a la memoria y al labio; y nos imponen su relato.”</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 5pt; text-align: left;">
<span style="font-size: 11pt;">Imposible, entonces, no escucharla. No descubrir en la lectura atenta, la voz inteligente, astuta de Gorriti. No percibirla por debajo de un lenguaje, quizás por momentos, demasiado adornado, propenso a ceñirse al corset de la época pero a través del cual sobresale la habilidad de la escritora para decir su parte. Gorriti, en este libro, cartografía una región. Concreta: la de Salta. Imaginaria: la del recuerdo. Pero ambas, ya sabemos, son las dos caras de una misma moneda. Los recuerdos de Gorriti son, a la vez, personales y colectivos porque ceden constantemente al sonido de la voz del otro, de las otras. Llegan a nosotros ficcionalizados a través del tamiz de una narración sutil que se encarga, especialmente, de tejer lazos de hermandad. Hermandad entre los personajes femeninos cuyas historias circulan por lo bajo. Pero también hermandad entre escritoras. En este caso, Gorriti la viajera, se ubica entre las otras cronistas y narradoras, no sólo del siglo diecinueve sino del veinte y, por qué no, tal vez sea esta reedición y las posteriores lecturas que suscite, una posibilidad de leerla en relación a las escrituras que vendrán. De pensarnos como afortunadas herederas del camino abierto por las mayores. No sólo las que están al alcance de la mano sino las otras, las que nos hablan desde lejos, las antiguas. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 6pt;">
<br /></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-67153364114373826622012-01-01T10:55:00.000-03:002013-06-19T12:04:51.896-03:00Prólogo a "El lujo", de Lola Larrosa por Vanesa Guerra<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-lpLzwzzk7bs/TjSOrb8PvjI/AAAAAAAAAFs/L1xdDzW9yKk/s1600/Tapita+El+lujo+Las+Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" src="http://2.bp.blogspot.com/-lpLzwzzk7bs/TjSOrb8PvjI/AAAAAAAAAFs/L1xdDzW9yKk/s320/Tapita+El+lujo+Las+Antiguas.jpg" width="220px" /></a></div>
<h1 style="margin: 72pt 0cm 6pt;">
<span style="font-size: small;">A libros quemados, mujeres que escriben. Prólogo a "El lujo", de Lola Larrosa. Editorial Buena Vista 2011. Por Vanesa Guerra</span></h1>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14pt;">I</span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-size: 11pt;">Rosalía no está en su sitio, </span></i><span style="font-size: 11pt;">ha palpitado (intuye-sospecha) otra realidad, esto es: otro sitio que la mueve íntima y no tan secreta a gestos y ensueños que la enardecen hasta el desfasaje y desencuen-tro de los planos que habita.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Cómo salir de ese sitio no suyo, si aún siquiera sabe cómo es que está ahí; cómo salir con la fuerza presentida y presumida de sus gustos propios (e impropios) hacia lo intuido y destellado; cómo, porque el deseo primero se intuye, destella alguna cifra extra-vagante y después, o mientras tanto, duele, duele en su espera, en el tiempo que transcurre hasta descubrir la cifra de ese destino, duele en aquello que preludia la acción que habilitará un pasaje y nos exi-liará de donde no se es y a fuerza creímos haber sido. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">En los interiores abiertos que nos habitan, es de un exilio del que se nos habla: </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Partir de sí y llegar a sí, como si se fuera otro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12pt;">
<span style="font-size: 14pt;">II</span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-size: 11pt;">¡Tengo un mundo dentro de mi cabeza! </span></i><span style="font-size: 11pt;">¿Cómo ir?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Rosalía es nombre que anida a Larrosa, y en una sonoridad lúdica, si pierde una i y pierde una r, sólo resta <i>ir</i>: <i>ir</i> es nido verbal que aloja un saber certero sobre cuánto puede un libro abrir- zanjar caminos en la vida. Escribir, bien lo saben estas mujeres (la escrita y la que escribe) muta vidas, planos, subjetividades, reinventa, funda. El lujo es andar con la pluma cuando asume el poder de la navaja. Y esta Rosalía-Larrosa, amable lectora, ha gestado -pues ha sido preñada y premiada por otras letras- un mundo nuevo que le arde en la cabeza. Y cuanto más le queman los libros, y cuánto más le dicen que no y que cruz diablo, ella, mujer que anida en el verbo, va, abierta, va.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12pt;">
III </div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-size: 11pt;">Es muy triste morir en este rincón sin haber visto otros horizontes. </span></i><span style="font-size: 11pt;">Pero qué cosa. Una mujer que desea algo más que un hombre, algo más que un hijo, algo más que árbol, algo más que un libro, algo más que un Cristo y un paño, algo, más allá de un horizonte que semeja un alambrado quieto, y, si acaso no es bruja, ni pecadora, ni pródiga hija, una mujer así, pues, ¿qué cosa es? </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Es un Lujo, una Encendida, pura Lava.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12pt;">
IV</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">De la hazaña (vida y obra) cuentan –temerosas- las palabras de Don Alberto Navarro Viola que, lejos de ejercer su oficio de crítico literario, se va de boca en una reacción y le escribe: que desvíe <i>con provecho las tendencias de su espíritu hacia rumbos más propicios y acaso de más vuelo para su corazón de mujer.</i> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Es que una mujer así complica las reglas, alborota, desordena. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Larrosa trabaja como escritora y periodista, es una rareza de la época, celebrada por otras raras lindezas pensantes sudamericanas que se cuidan como quien cuida un jardín por los frutos de verano, y allí estaban, a veces codo a codo, en reuniones, cónclaves, cartas, revistas, diarios; entonces un hombre así -tan inquieto y precipitado por estas féminas atrevidas- forma parte de la ficción y afición diaria en esa Buenos Aires Rioplatense de fines de siglo XIX, por tanto, Larrosa no va a detenerse en los temores de los otros, pues ella es escritora, escribe, es su naturaleza y su trabajo. Qué ocurrencia, la de ése y la de otros que hoy no se nombran y al caso vienen, que una escritora deje de escribir, que una trabajadora deje de trabajar,</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">no simulan ser progresistas,</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;"> (ay, figurar-figurar, no sólo es cosa de esta novela costum-brista, también es afán y condena de la época).</span><br />
<a name='more'></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12pt;">
<span style="font-size: 11pt;">V</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Esgrimía Josefina Pelliza una estrategia: <i>la opresión de la mujer es anti progresista</i>; para estos casos, la exigencia inherente al pro-greso, no siempre encontró hombres a la altura de la circunstancia y esa idea <i>espadachina</i> ponía a prueba los actos nacidos de los regí-menes masculinos; parecería que así como algunos hombres festeja-ban lo nuevo, otros, patitiesos progresistas, las dejaban hacer, como esa frase que viene de lejos y todavía retumba y ata: </span><span style="font-size: 11pt;">las mujeres son como los barriletes, hay que darles mucho hilo. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Es posible que en la continuidad de lo patitieso, donde el hilo no se corta, ni se suelta, todo fuera cubriéndose de yuyales fulgen-tes, hiedras, enamoradas del muro, y con ese gesto indolente se aca-llara y ocultara, por largo tiempo, la construcción de la antigua ciu-dad de escritoras.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12pt;">
<span style="font-size: 11pt;">VI </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Lo que duele. <i>“Ay de la mujer que no se identifica con su suerte, y con su propia mano no cultiva, la flor bendita de sus amores”</i> En ese tremendo desfasaje se ubica Rosalía. <i>No esta en su sitio</i>, dicen. Gusta de otras cosas, viste de otro modo. Es una extraña, una otredad para las mujeres cercanas; ese desfasaje, en principio, tiene un nombre: Lujo. (Rosalía gusta del Lujo) Para ese resto comunitario sosegado en lo propio (el poblado de Marvel, la familia, el campo, el esposo, la chacra, los chanchos, los frutos, el amor, el cuidado de la casa, la iglesia…) Rosalía es una patada al espejo de las semejanzas, una curiosidad, un rechazo, algo <i>amoral</i> porque no se asimila a la naturaleza homogénea del grupo; la moral aplana las rugosidades que toda pasión impone, busca igualar. Desde esa moral cristiana (que opera como un personaje más en la obra), las oposiciones entre las unas (mujeres del poblado de Marvel) y las otras (mujeres de la Ciudad de Buenos Aires) provocan afectos primitivos de cons-titución subjetiva; la base de estos afectos es simple: inclusión o exclusión (aceptación o rechazo). Remite a una lógica de opuestos, así es que no podríamos hablar seriamente de las diferencias, de la diversidad entre estas mujeres, en todo caso deberíamos considerar el derecho y el revés de lo que podría ser una mujer en esa época, época enredada en las trampas morales de un espíritu progresista de corte masculino. Así, el afán de querer pasarse al otro lado, (de lo humilde al <i>lujo</i>, por ejemplo) tiene por destino el fracaso pues el territorio es moral, y a la vez tiene por égida y eje el progreso, com-prendido mayoritariamente por los cultores de ese tiempo, lo que significa en esta obra y en una instancia primera: cómo ha de ser una mujer para un hombre de la época.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12pt;">
<span style="font-size: 11pt;">VII</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Ir ¿De dónde a dónde?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">El real fracaso no lo absorbe la responsabilidad del eje o la égida masculina, y Larrosa lo sabe, y en la obra se demuestra. El pasaje que habilita el exilio dentro de una mujer <span style="color: maroon;">(,)</span> es el pasaje que la lleva de un acto moral a un acto ético, que no se resuelve en un pasaje de opuesto a opuesto; el motor de la búsqueda que ha preci-pitado ese movimiento no se agota en ese vaivén, en esa oscilación. Por eso es necesario el efecto de la navaja, del corte. Creería, en esta lectura que me permito, que éste es el punto de la novela, que ésta es la crítica de Larrosa, que es ésto lo que señala y ubica.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">En el caso de Rosalía, pues bien, madre y hermana la aman (moralmente), la esperan, esperan que se le pase, que vuelva como una <i>ovejilla descarriada</i>. O sea, ante este desear e ir detrás de lo que no se tiene ni se debe, surge la esperanza de disolución de ese afán, la esperanza de la comprensión, para luego aguardar su regreso y agregarla al grupo para igualarse a ellas y en ellas. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">En el caso de las amigas Monviel, -esas hermanitas que la lle-van de la mano hacia el afán de lujo- pues bien, esas hermanitas tampoco soportan el desfasaje y aprovechan las ganas urgidas de Rosalía para travestirla a sus antojos y usarla como señuelo caza- hombres de la más rancia y cremosa sociedad, para usufructo personal.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">De todas maneras, siempre hay un resto que no se disuelve y esa Rosalía engalanada hasta el aura, no deja de ser una extra-vagancia para toda la clase adinerada que la recibe, <i>exhibida como a una muñeca rara</i> y festejada como a una monita vestida de seda.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Convengamos, entonces, que aquí también Rosalía es una patada al espejo de las semejanzas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">El punto, en verdad, es que Rosalía no es de aquí ni de allá, porque aún no es de ella, no ha llegado a ella, a ella: puro resto irreductible a los otros, lo que implica un pasaje al deseo y a la ética, un corte, un final a los devaneos morales, que sólo muestran los opuestos: campo- ciudad/ pobreza-lujo/ perfidia-fidelidad/, costu-rera/mantenida; soltera/casada… etcétera, figuras que dicen sobre el revés y derecho de lo que podía ser una mujer en esa época.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">El dolor de no ser aparece en los estertores morales de la voz que narra, no así en Rosalía, a quien pareciera recordársele una y otra vez que siempre hay mayor amparo en lo ya dispuesto (el juego de los opuestos), porque fuera de lo dispuesto hay lo abierto, lo que se espacia en cada quien, y eso, que en primera instancia abisma, es el lugar propicio para construir-se. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12pt;">
<span style="font-size: 11pt;">VIII</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">A la manera de Larrosa: Mientras Rosalía a paso exaltado se sostiene erguida en las cifras presentidas del deseo<i>,</i> la voz narradora va cercando las posibilidades de disfrute con desgracias y amenazas: ay de ti que no sabes lo que haces; y es que tiene que ponerse todo tan malo que si no a esta Rosalía no la detiene ni la escritora que la sueña. ¿Y por qué no le da rienda suelta? Larrosa ama a Rosalía, y como la ama la aporrea, a cada paso de nuestra heroína, la voz narradora va santiguándose, graciosamente -siempre hay guiños- <i>¡Pérfida serpiente! ¡Destilaste el veneno ponzoñoso de la tentación y huiste para que se filtrara más y más en el seno confiado de la infeliz acechada!</i> y todo esto porque Rosalía se deshace de placer frente a un vestido divino que su dudosa amiga Monviel le obsequia para lucir en una gala. La voz que narra, es inversamente proporcional a los placeres que gana nuestra heroína. La que anda más suelta de riendas es Lola Larrosa que compone esta obra con una libertad fuera de serie, pues apela a diversidad de formatos narrativos que conviven a gusto; allí lo epistolar, lo periodístico, lo religioso, el chusmerío y sus enjam-bres, los paneos sobre lo femenino, las<i>“hablillas chismográficas”</i>,<i> “sin-fonía de la murmuración”</i>, la historia dentro de la historia, la crítica dentro de la ficción, la ficción interpelando la sociedad.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Las trampas de la moral que tejen la trama, incomodan si olvidamos dos cuestiones: Larrosa escribe, va por su cuarto libro, no es costurera, no borda, no es mantenida por un esposo, trabaja, gana su dinero como periodista y escritora, dirige un diario que ha fun-dado en su momento Manuela Gorriti; cuando asume la dirección y la posta lo bautiza con otro nombre <i>Alborada literaria del Plata</i>, su marido periodista se ha vuelto loco, tienen un niño de poca edad. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">Por eso, la moral que se le exige a Rosalía no deja de estar intervenida por la ética de Lola Larrosa en esta composición literaria que critica y señala las zonas ciegas del progreso como caminos que no conducen a un nuevo lugar para la mujer.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">El otro punto a considerar es que Rosalía no es de aquí ni de allá, porque aún no es de ella, no ha llegado a ella. Pues no es el lujo, esa experiencia de vivir en aquel Buenos Aires acotado de mujeres adineradas que aman las fiestas, las joyas y los vestidos; ni tampoco la abnegación amorosa de la tranquila vida en un pueblo junto a un hombre en las afueras de Montevideo lo que le permite su despertar, su descifrar el deseo. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 11pt;">La clave pareciera estar en su regreso, en el regreso de Rosalía después de ese largo, deslumbrante y doloroso periplo; en ese regre-so que no es regreso de lo idéntico, Rosalía lleva-invita y alo-jará en su tierra-territorio a María, una mujer que escribe, que lee, que traduce del francés, una mujer que vive de ese trabajo, que trabaja con la palabra y el pensamiento, esa mujer no pertenece a ninguno de los opuestos en pugna, no es una mujer de la casa, ni una mujer que gasta la plata de su marido en alhajas y vestidos, esa mujer es ajena, habita la zona foránea al par de opuestos que siem-pre copulan, esa es la otra mujer, esa es la otra, la que marca una diferencia, la que abre a la diferencia; de esta posición emerge otra ética, una posibilidad que invita a la letra, invita a un nuevo lugar, a lo abierto, para asimilar la diferencia y en su construcción alojarla.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12pt;">
VIII</div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-size: 11pt;">Créditos y respetos de esta nota a: Lea Fletcher; Bonnie Frederick; Clorinda Matto de Turner; María Teresa Ramos García; Josefina Pelliza de Sagasta; Cristina Andrea Featherson; Vicente Osvaldo Cutolo; Tomás Auza; Sylvia Molloy; Sandra Jara; Cristina Piña; María Rosa Lojo.</span></i></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-32540900250727789302012-01-01T10:45:00.000-03:002013-06-19T12:04:16.839-03:00Prólogo a "Los Misterios del Plata" de Juana Manso por Mercedes Araujo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-Mmxw7yHZJL4/Td7a7q52oJI/AAAAAAAAAEw/MvxB7FqGrNQ/s1600/tapa_Los_misterios..._Las_Antiguas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" src="http://2.bp.blogspot.com/-Mmxw7yHZJL4/Td7a7q52oJI/AAAAAAAAAEw/MvxB7FqGrNQ/s320/tapa_Los_misterios..._Las_Antiguas.jpg" t8="true" width="211px" /></a></div>
<br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La voz de la urgencia, la domesticidad imposible (Prólogo a "Los Misterios del Plata")</span></b><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por Mercedes Araujo</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La abundancia de perspectiva o el exceso en la lejanía respecto de un universo estético, político y moral que casi dos siglos imprimen a esta obra, puede provocarnos extrañamiento al momento de tender el puente sinuoso que un lector establece en su acción de lectura y abordaje; ligamento tejido con cantidad de vaivenes y torsiones que ocurren desde la perspectiva histórica y que, creo, es lo más valioso que la experiencia de lectura de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los misterios del Plata</i> de Juana Manso nos propone</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Sabemos algo, Juana Manso nació en 1819 en los albores de un país aún sin construir y creció y se convirtió en escritora valerosa en un medio donde tenían lugar guerras de las que tuvimos noticias en nuestra educación formal<span style="color: olive;">, </span>pero que ahora podemos imaginar, gracias a la mirada particular y rica en descripciones y detalles de Manso, como verdaderas y sanguinarias tragedias y horrorosos encarnizamientos con el enemigo, crímenes, asesinatos, revoluciones y el nacimiento de un poder autodenominado restaurador, que hacía gala de la crueldad alevosa con sus opositores, entre los que la autora se ubica.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Es Yourcenar, la que nos dice que inevitablemente se establece un equilibrio inestable entre el interés que sentimos por el autor y el que sentimos por su obra. “Ya se acabó el tiempo en que se podía saborear Hamlet sin preocuparse mucho de Shakespeare.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Y es cierto que para leer hoy <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los misterios del Plata</i>, es ineludible pensarla a Juana Manso y que algunas anécdotas de su vida pueden resultar reveladoras dos siglos después. Hay detalles significativos, por ejemplo su temprana vocación literaria y de traductora y la inmediata publicación de esos textos en su primera juventud, a los doce años, instada por su padre, en los diarios o periódicos de importante circulación.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">El exilio familiar a Montevideo llega en 1840, momento en el que ambos, padre e hija, se presentan como declarados opositores al gobierno de Juan Manuel de Rosas, pero teniendo en cuenta la cantidad de textos de Manso que a partir de entonces alcanzan la publicación, es fácil advertir que el exilio no la silencia en absoluto, sino que por el contrario se trata de un territorio en el que la autora se instala como escritora activa y publicada y en donde funda su primera escuela de señoritas, iniciando así su actitud militante respecto de la educación pública e igualitaria, la<span style="color: olive;"> </span>que mantendrá a lo largo de toda su vida. Es preciso señalar que el exilio en Montevideo dura poco y luego le sigue el exilio en Brasil huyendo de otra persecución política, esta vez, comandada por <span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Manuel Oribe a quien Manso incluye en Los misterios como un personaje tan odiado y artífice de las desgracias ajenas como el mismo Rosas.</span></span><br />
<a name='more'></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">La relación con los hombres, entre ellos, su padre, José María Manso, y luego algunos compañeros de ideales y de vida, no tiene elementos de sumisión sino que se constituye como un entramado de hilos, propicio y favorable. Su padre la apoya, la publica y, en consecuencia, la reafirma y le reconoce la voz propia, siendo ella casi una niña. Lo mismo ocurrirá luego en su relación con Domingo F. Sarmiento, con quien trabajará para llevar a cabo el proyecto educativo laico, mixto y estatal que ambos admiran y toman de los Estados Unidos<span style="color: olive;">;</span> y con José Mármol, amigo personal y crítico, con quien, establece alianzas fraternas y políticas. José Mármol presenta a Juana con Sarmiento, probablemente sabiendo que ambos, obstinados, audaces y de acción no dudarán en unirse para promover el proyecto de educación progresista; y cuenta la historia que haciendo referencia ella misma a sus primeras apariciones juveniles como escritora y traductora, diría de sí a Sarmiento “ya ve usted que debutaba por la educación y me declaraba antiesclavista y negrófila”</span><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%;">.<span style="mso-bidi-font-style: italic;"></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Respecto de la fundación de la educación pública argentina, el papel de Juana Manso es decididamente destacable, tanto como el de Sarmiento, a pesar de que la memoria de su preponderancia haya sufrido el olvido. Manso no sólo crea, publica y distribuye un compendio de métodos de enseñanza sino que obliga a los educadores del momento a desterrar cualquier tipo de castigo físico a los niños, propicia el estudio de idiomas y profesionaliza el ejercicio de la docencia y los concursos públicos de los cargos directivos.<b></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Sobre su vida sentimental sabemos que se casó en 1844 con el violinista portugués Francisco de Saá Noronha, que fueron compañeros de viajes, ambos creativos y aventureros, que viajaron a Estados Unidos para establecerse allí, donde nació su primera hija, que la vida en Estados Unidos fue difícil económicamente, que sufrieron los avatares de la vida bohemia y nómade, en algún momento idealizada, que vivieron en Cuba y que en 1848 regresaron a Brasil. En Brasil escribieron juntos las obras teatrales <personname productid="La Familia Morel" w:st="on"><i>La Familia Morel</i></personname>, <i>A Saloia</i>, <i>A Esmeralda</i>, <i>Rosas</i> y ella en 1851 fundó el <i>Jornal das Senhoras</i>, publicación de poemas, crónicas sociales, partituras y artículos dedicados a la educación de la mujer y su emancipación. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Sabemos que Gorriti despidió sus restos y dijo de ella “</span><span lang="ES" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">sin ella nosotros seríamos sumisas, analfabetas, postergadas, desairadas. Ella es el ejemplo, la virtud y el honor que ensalza la valentía de la mujer, ella es, sin duda, una mujer". </span><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Hoy es claro que a Manso, a Gorriti, a Mansilla, entre otras, la domesticidad les resultó imposible, aunque no huyeran del todo de allí, se resguardaron de un silencio que no era para ellas. Ligadas o no en una cotidianeidad o reconocimiento común, todas parecían estar dando la misma pelea: apropiarse de un lugar desde el cual decir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Es en 1840, que Juana se encuentra escribiendo <i>Los misterios del Plata</i> y es también por entonces que Francisco Noronha se fuga hacia Portugal con otra mujer y que su padre muere. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Juana Manso, vuelve a <personname productid="la Argentina" w:st="on">la Argentina</personname>, publica el <i>Álbum de Señoritas</i> y su novela histórica <personname productid="La Familia" w:st="on"><i>La Familia</i></personname><i> del Comendador</i>, donde critica y denuncia costumbres, todavía toleradas, como el esclavismo solapado y se enfrenta con la religión católica, en tanto espacio y forma de poder tan sostenido por las mujeres de entonces, posición que la pone nuevamente en un lugar marginal y que la lleva de regreso a Brasil, hasta que en 1871 Nicolás Avellaneda la designa en <personname productid="la Comisi�n Nacional" w:st="on">la Comisión Nacional</personname> de Escuelas, siendo la primera mujer en ocupar el cargo. En 1874 Juana Manso se enferma y al año siguiente muere.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Tanto la vida como la escritura de Manso tienen un fuerte componente moral, una obligación de denuncia y el enfrentamiento a los valores conservadores que imperan y ponen a la mujer en lugares de marginalidad. Su escritura se basa en una urgencia del decir como modo de transformar una realidad adversa <span style="color: olive;">(,). Hay</span> en ese decir una urgencia política, pero también literaria y, sobre todo, su escritura tiene una particularidad es rica en la personalísima diferencia de perspectiva sobre los valores medios de la época. Manso es anticlerical, aunque religiosa, y se convierte en una detractora que da cuenta sin miramientos ni huidas <span style="color: olive;">(,) </span>de la relación -que la autora denuncia en esta obra- tan complaciente con el poder político y las atrocidades del régimen rosista. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Manso es feminista, convoca a las mujeres a luchar por sus derechos, es antiesclavista y anticlerical y lo demuestra con el discurso y la acción, establece sus alianzas, denuncia la desigualdad, la hipocresía, la secularización del matrimonio y promueve la educación. Es y vive en la vitalidad de la denuncia, rechaza los intentos normativos de la docilidad y el silencio, no cree en la inocuidad de la falta y se enrola y entrevera en una pura y auténtica enunciación, pero en consecuencia, es duramente tratada e injuriada<span style="color: olive;">. </span>Aún así nunca aceptó el lugar de la subordinación o la afonía, sino todo lo contrario, actuó, se defendió y enjuició a quienes la calumniaban.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Se puede pensar que en el siglo XIX, siendo mujer y perseguida política, existía la opción para Manso de domesticarse <span style="color: olive;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span>o <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>también que su vocación de escritora<span style="color: olive;"> </span>podía dejarla en las márgenes de lo político, en el resguardo de la vida propia y privada. Pero en ella <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hay vida por fuera de la literatura, hay discursos públicos, hay odio enunciado y explícito, y nunca, la tentación del eufemismo en el decir o de la conciliación, la vida se trata de decir, es la construcción discursiva, el enfrentamiento verbal con el canon de lo aceptable para una mujer del momento. En la escritura, no hay tampoco mansedumbre alguna sino una briosa y decidida urgencia política de denuncia, pero, y esto es lo que la vuelve tan interesante, el texto no se queda ahí, sino que la elaboración novelesca se instala cómoda en una escritura que se complace en la descripción del paisaje, rica en figuras, formas y ritmos. En el texto de Manso, hay revelaciones literarias y tanto paisaje como personajes serán descriptos con la complejidad de sus vaivenes, sus mutaciones y vacilaciones, que ocurriendo en el mismo devenir literario, hacen a los personajes cambiar, transformarse y actuar en consecuencia. Además y no menor, es destacable cómo la autora logra con unas pocas pinceladas esbozar los dilemas, sufrimientos, verdades y destino<span style="color: olive;"> </span>a los que los personajes se enfrentan <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con la habilidad de quien necesita poco para decir mucho.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">El personaje principal, romántico en su naturaleza, <span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Valentín de Avellaneda, </span>ocupado por sus ideales y a quien vida y principios<span style="color: olive;"> </span>le han cercado sus enemigos políticos por ser <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>unitario, es atrapado por los federales comandados por el tirano Rosas, <i>el hombre tigre</i>, al regreso desde un exilio que lo ha torturado por la ajenidad, la inutilidad y la falta de pertenencia, junto a su mujer y su hijo, cuando se encaminan hacia una nueva tierra en donde asentarse, la joven república de Corrientes.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Hay numerosos personajes hombres, bien definidos y que son<span style="color: olive;">,</span> tanto amorosa<span style="color: olive;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como ideológicamente exaltados e idealizados, la representación de diversos tipos sociales, de clases, de orgullos y pertenencias, como la del gaucho, como la del hombre ilustrado y citadino, que son puestos en acción a vivir sus desencuentros, traiciones y desengaños, mientras van dando cuenta de lo opresivo que era vivir entonces si se estaba en contra del orden imperante. Pero también está la heroína, que en <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>este libro es Adelaida Maza de Avellaneda cumpliendo un rol esencial en la resistencia contra el destino forzado de su marido, a quien Manso recrea de acuerdo a su propia visión de la mujer, fuerte, resistente, inteligente y hábil para la resolución de los conflictos y los dramas de la vida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Cierto es que la novela que hoy leemos está atravesada de su propia experiencia del odio y que tiene momentos literarios memorables, particularmente, los que dedica a describir la pampa y sus paisajes con paletas de colores sutiles y preciosos y cuando da cuenta de la melancolía de los personajes centrales contrariados por odios y luchas que giran en torno a una idea de país. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">El libro tiene un extraño desenlace y, si bien es cierto que cualquier información relacionada con el final de una novela puede resultar inconveniente de incluir en un prólogo, en este caso nos resulta necesario mencionar que el final de la versión que hoy leemos fue agregado por uno de sus editores y según se nos dice “de acuerdo con las indicaciones de una persona competente y conocedora de nuestra historia nacional, a fin de conservar en lo posible, el carácter de novela histórica que tiene este trabajo. Se ha tratado, también, de conservar el estilo de la autora”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">La lectura de <i>Los misterios</i> nos deja algunas reflexiones, si bien éste y otros textos de mujeres escritoras del Siglo XIX estuvieron buena parte de las últimas décadas o del siglo XX en un silencio obligado por la falta de reediciones, los datos biográficos de Manso nos dejan ver que aquel momento histórico <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en que aparece por primera vez la novela como género en el Río de <personname productid="la Plata" w:st="on">la Plata</personname>, no se trataba de un paisaje literario carente de voces o escrituras producida por mujeres, tampoco de un territorio completamente vedado ya que en aquellos tempranos años –no más de tres décadas desde <personname productid="la Revoluci�n" w:st="on">la Revolución</personname> de Mayo- Manso y otras <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>están, existen y poseen fuertes identidades como escritoras y feministas, con posiciones políticas, en algunos casos, comprometidísimas y progresistas, de marcados rasgos liberales y manifiestamente públicos<span style="color: olive;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como el anticlericalismo y el antiesclavismo. Pero es fácil comprobar cómo, tempranamente, se las borra del mapa y también cómo aun habiendo trazado inteligentes estrategias del decir, es en una inmediata posteridad que sus obras quedarán silenciadas. La predominancia del poder y el saber estrictamente masculino, la formación y transmisión académica, la crítica, la política y los medios de comunicación orientarán casi de inmediato sus timones a dar cuenta de otras obras, gestadas por escritores contemporáneos como Echeverría y Sarmiento, de manera tal que nunca dejaran de ser reeditadas, estudiadas y enseñadas mientras que, inversamente se va produciendo el borramiento lento y mantenido en el que entran las obras de ellas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Por esto es tan necesario leerla y porque como se dijo de o le dijeron a Juana Manso: “una mujer pensadora es un escándalo y Ud. ha escandalizado a toda la raza” (<i>Domingo F. Sarmiento</i>, en Epistolario íntimo).</span><span lang="ES-AR" style="color: white; font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Mercedes Araujo</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<personname productid="Mercedes Araujo" w:st="on"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-style: italic;">Mercedes Araujo</span></personname><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-style: italic;"> nació en Mendoza en 1972. Es escritora y abogada. En 1993 obtuvo el segundo premio del Certamen de Poesía Joven -Dirección de Cultura de Mendoza- con <personname productid="la obra Bocetos" w:st="on">la obra <i>Bocetos</i></personname><i> barrocos</i>. En 2000 fue premiada en el concurso “Diez poetas jóvenes”, organizado por <personname productid="la Fundaci�n El Libro." w:st="on"><personname productid="la Fundaci�n El" w:st="on">la Fundación El</personname> Libro.</personname> En 2006 obtuvo mención de honor del Fondo Nacional de las Artes por la novela <i>Tiempo Salvaje</i>. En 2010 obtuvo el tercer premio del Fondo Nacional de las Artes en poesía con el libro <i>La isla</i>. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-style: italic;">Publicó los libros <i>Ásperos esmeros (Ed. Del Copista)</i>, <i>Duelo (</i>en colaboración,<i> Ed. En Danza), Viajar sola (Ed. Abeja Reina) y La isla (Ed. Bajo la luna)</i>. Sus poemas forman parte de las antologías Hotel Quequén I, Hotel Quequén IV y <i>Poetas argentinas, 1960-1980</i>, Ed. Del Dock.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt;">
<br /></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-35890298189489023612012-01-01T10:30:00.000-03:002013-06-19T12:02:20.100-03:00Prólogo a "Cocina Ecléctica" de Juana Manuela Gorriti por Mariana Docampo.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-sgh2gxBauvw/Tl0f0AkI1MI/AAAAAAAAAF0/GvAZmI7Rjeg/s1600/tapita_Cocina_Eclectica_las_antiguas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" src="http://3.bp.blogspot.com/-sgh2gxBauvw/Tl0f0AkI1MI/AAAAAAAAAF0/GvAZmI7Rjeg/s320/tapita_Cocina_Eclectica_las_antiguas.jpg" width="213px" xaa="true" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR">La voz de las recetas, Prólogo a "Cocina Ecléctica" de Juana Manuela Gorriti, Editorial Buena Vista, 2010.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></b><span lang="ES-AR">Por Mariana Docampo</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Aunque nació en Los Horcones, Provincia de Salta, Juana Manuela Gorriti repartió el tiempo de su vida en tres patrias: Argentina, Bolivia y Perú.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Obligada a abandonar el país por circunstancias en las que lo familiar estuvo íntimamente ligado al acontecer político, debió exiliarse desde muy joven en Tarija y más tarde en Lima, ciudad en la que escribió la mayor parte de su obra narrativa.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Regresó a <personname productid="la Argentina" w:st="on">la Argentina</personname> en el año 1874 pero aún faltaron algunos ires y venires antes de que la escritora se asentara definitivamente en nuestro país en 1886.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En 1880 publicó <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cocina Ecléctica</i>, uno de sus textos más atractivos.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Consecuencia, sin dudas, de su destino itinerante y de su gran talento como escritora a la vez que como cocinera, nació la divertida idea de reunir recetas de cocina escritas por mujeres en su mayoría de América Latina a quienes Gorriti solicitó enviaran el secreto de sus platos predilectos o mejores.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Las patriotas remitieron entusiastas sus papeles y fórmulas y con espíritu festivo pusieron en manos de la autora la materia prima con la que confeccionaría su libro.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Allá va, para figurar en la anunciada Cocina ecléctica, la más rica y sustanciosa confección que haya salido de manos de cocinero”</i> dice Clorinda Matto de Turner, reconocida escritora peruana, que aporta al libro su ingeniosa “Sopa teóloga”.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">¿Cómo atraviesa un libro<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>de cocina más de cien años y sigue ejerciendo seducción sobre los lectores, que no solo encontramos en él un registro de gustos y costumbres culinarias de nuestros bisabuelos y bisabuelas sino una obra<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>rica en matices y giros lingüísticos, llena de historias incrustadas y de intenciones, y en donde entre las comidas se cuelan relatos y textualidades?</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Con justeza de narradora, Gorriti organiza las piezas que recibe en secciones (las infaltables en cualquier recetario: sopas, salsas, legumbres, pescados, aves, repostería...) pero también se ocupa de procurar para su volumen una admirable coherencia narrativa.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Es así como un lector no demasiado avezado en el arte culinario que lea el libro en forma lineal, aprenderá a hacer una “hojaldra” en la sección “Pasteles” gracias a Matilde Weigel de Puch que antes de dar su fórmula aclara: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“como no todas las cocineras conocen la manera de hacerla, necesario es enseñarla...”</i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y se sentirá aliviado páginas después cuando Silvia Sagasta exclame al presentar sus “Empanaditas a la coquetuela”: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">pero quién no sabe hacer una hojaldra, pasemos al relleno...”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></i>Con esta misma lógica, Gorriti consiente en que algunas de las cocineras convocadas anuncien que tienen más de un plato<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>para ofrecer, lo que alienta a buscarlas más adelante en el texto. </span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Uno de los aciertos de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cocina Ecléctica</i></b> es la libertad formal con que están escritas las recetas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hay algunas de escritura neutra y clara y otras en las que se recurre a formas más atrevidas como el diálogo o el relato incrustado, y que abren de esta manera nuevas capas textuales.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En muchas se incluye una breve relación de la circunstancia en que la receta fue obtenida o degustada por primera vez, e incluso algunas cocineras apelan a la ficción para presentarlas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Tal es el caso de “Balas del general” en donde la información sobre ingredientes y modo de realización se intercala con la historia que da nombre al plato. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Es en estos momentos en donde el libro<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>adquiere su mayor riqueza literaria.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Entonces descuella el armado, el ensamblaje.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Podríamos pensar que la transmisión de las recetas comparte una naturaleza común con la transmisión oral de los relatos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Quien cuenta se apropia de la historia y la reinventa quitando o agregando detalles o modificando incluso el rumbo de la trama.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De este modo, los narradores orales dan a las historias su sello personal, y al pasar éstas a otro narrador adquieren nuevos ritmos y matices.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Del mismo modo, las recetas de cocina completarán la fórmula matriz con el agregado o variantes que las sucesivas cocineras harán al apropiarse de ellas, brindándoles así su “toque” personal.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Elenita Verduga, otra de las mujeres convocadas para formar parte de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cocina Ecléctica</i></b> explica que robó la receta del bolsillo de su hermano, quien “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">contentísimo la llevaba de obsequio al cocinero del Tigre Hotel, obtenida de no se qué gourmet vienés, y traducida del alemán”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></i>Ella a su vez, reescribe el texto <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“rebajando lo inflado de la frase en favor de la claridad, tan necesaria en esta clase de documentos”</i> y rebautiza el postre con el simpático nombre <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El hallazgo de Elenita”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></i>A diferencia de coplas y romances, en este caso, la instancia de la escritura es ineludible, pues garantizará exactitud en las medidas y precisiones que si faltaran pondrían en aprietos a la más experta de las cocineras. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<a name='more'></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Es así como<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Cocina Ecléctica</i></b>, lejos de ser un neutro libro de recetas, es despliegue de historias dispares firmadas con nombre y apellido.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Mujeres que fundaron en la escritura de estos textos una forma de libertad y la oportunidad de afianzar su imperio indiscutible sobre esta área, no solo en su realización material sino en la gesta de compartir sus fórmulas en una obra común.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Cabe aclarar, por último, que el libro de Juana Manuela Gorriti cumpliría su función tradicional de recetario solo para espíritus extravagantes o nostálgicos, en una época en donde no solo la clase de alimentos que consumimos sino sus cantidades, calidades y modos de cocción han cambiado de manera significativa desde fines del Siglo XIX.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Las cocineras congregadas por Gorriti toman como materia prima pollos y gallinas recién decapitados, tortugas, pichones, chanchos y carneros tan frescos que en una oportunidad una dama aclara <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“muerto, desplumado, abierto y lavado, el pavo...”</i>.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A medida que pasan las páginas podemos imaginar cómo las mujeres extendían sobre la amplia mesa de madera los animales con la sangre aún caliente y cubiertos de piel o plumas, y aromatizándolos con finas especias, elaboraban delicias capaces de “sujetar al esposo” al hogar.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sin gas ni electrodomésticos, más valiéndose del vivo fuego del horno y las parrillas, mezclaban las presas con sabrosos ingredientes en cazuelas de porcelana o vasijas de terracota, molían hojas y granos en morteros, y servían sus postres en recipientes de cristal.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Una tela de costumbres pintorescas se abre en este texto ágil y variado, donde no faltan notas excéntricas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Carmen G. de Vela, por ejemplo, obsequia una fórmula celada hasta por su propio cocinero, que consiste en enterrar la carne cruda durante unas horas para que ésta adquiera un sabor excepcional.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Con intervenciones luminosas, Gorriti ensambla las piezas y las organiza recordando al lector de una época de verduras congeladas y empaquetadas la profunda sensualidad que circula entre la comida y los cuerpos.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; tab-stops: 340.65pt; text-align: justify; text-indent: 0.5in;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-63108368045449818092011-11-09T13:45:00.000-03:002013-05-21T11:55:49.901-03:00Miércoles 9 de noviembre de 2011: Presentación de la Colección LAS ANTIGUAS. Primeras Escritoras Argentinas.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-tK49rPgqz-o/Trqt1BSWYtI/AAAAAAAAAGo/TghOuzZDER0/s1600/ochotapas...jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="209px" ida="true" src="http://4.bp.blogspot.com/-tK49rPgqz-o/Trqt1BSWYtI/AAAAAAAAAGo/TghOuzZDER0/s320/ochotapas...jpg" width="320px" /></a></div>
<br />
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">HOY Miércoles 9 de noviembre: Presentación de <personname productid="la Colección LAS" w:st="on">la Colección LAS</personname> ANTIGUAS. Primeras Escritoras Argentinas. En <personname productid="la Casa" w:st="on">la Casa</personname> de <personname productid="la Lectura" w:st="on">la Lectura</personname> (Lavalleja 924). </span><br />
<br />
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Presentamos:</span><br />
<span lang="ES" style="color: black; mso-ansi-language: ES;"></span><br />
<div class="ecxestilo3" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="color: black; mso-ansi-language: ES;"><span class="ecxestilo31"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="color: #2a2a2a; mso-ansi-language: ES-AR;">1. Cocina Ecléctica</span></i></b></span><span class="ecxestilo31"><span lang="ES-AR" style="color: #2a2a2a; mso-ansi-language: ES-AR;"> de Juana Manuela Gorriti (Prólogo de Mariana Docampo)</span></span></span></div>
<div class="ecxestilo3" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="color: black; mso-ansi-language: ES;"><span class="ecxestilo31"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="color: #2a2a2a; mso-ansi-language: ES-AR;">2. Los Misterios del Plata</span></i></b></span><span class="ecxestilo31"><span lang="ES-AR" style="color: #2a2a2a; mso-ansi-language: ES-AR;"> de Juana Manso (Prólogo de Mercedes Araujo)</span></span></span></div>
<div class="ecxestilo3" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="color: black; mso-ansi-language: ES;"><span class="ecxestilo31"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="color: #2a2a2a; mso-ansi-language: ES-AR;">3. El Lujo</span></i></b></span><span class="ecxestilo31"><span lang="ES-AR" style="color: #2a2a2a; mso-ansi-language: ES-AR;"> de Lola Larrosa (Prólogo de Vanesa Guerra) </span></span><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">(<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Reeditado por primera vez desde</b> <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">su aparición en 1889)</b></span></span></div>
<div class="ecxestilo3" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="color: black; mso-ansi-language: ES;"><span class="ecxestilo31"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="color: #2a2a2a; mso-ansi-language: ES-AR;">4. Tierra Natal</span></i></b></span><span class="ecxestilo31"><span lang="ES-AR" style="color: #2a2a2a; mso-ansi-language: ES-AR;"> de Juana Manuela Gorriti (Prólogo de Carolina Esses)</span></span></span></div>
<span lang="ES" style="color: black; mso-ansi-language: ES;"><span class="ecxestilo31"><span lang="ES-AR" style="color: #2a2a2a; mso-ansi-language: ES-AR;"></span></span></span><br />
<div class="ecxestilo3" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="color: black; mso-ansi-language: ES;"><span class="ecxestilo31"><span lang="ES-AR" style="color: #2a2a2a; mso-ansi-language: ES-AR;"><span style="color: black;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">5. Lucía Miranda</span></i></b><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"> de Rosa Guerra.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Con prólogo de Paula Jiménez.<span class="ecxestilo31"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: #2a2a2a;"></span></b></span></span></span></span></span></span></div>
<span lang="ES" style="color: black; mso-ansi-language: ES;"><span class="ecxestilo31"><span lang="ES-AR" style="color: #2a2a2a; mso-ansi-language: ES-AR;">
<div class="ecxestilo3" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span style="color: black;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">6. Recuerdos de viaje</span></i></b><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"> de Eduarda Mansilla.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Con prólogo de María Rosa Lojo <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></i></b></span></span></div>
<div class="ecxestilo3" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span style="color: black;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">7. Recuerdos de antaño</span></i></b><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"> de Elvira Aldao de Díaz.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Con prólogo de María Teresa Andruetto.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Reeditado por primera vez desde</b> <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">su aparición en 1931)</b></span></span></div>
<div class="ecxestilo3" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span style="color: black;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">8. Stella</span></i></b><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"> de Emma de <personname productid="La Barra. Con" w:st="on"><personname productid="La Barra." w:st="on">La Barra.</personname><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Con</personname> prólogo de Cristina Piña <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">(Este libro es considerado el primer “Best Seller” argentino)</i></b></span></span></div>
<div class="ecxestilo3" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
</div>
</span></span></span><span lang="ES" style="color: black; mso-ansi-language: ES;">Participan: María Rosa Lojo, Cristina Piña, Vanesa Guerra, Mercedes Araujo, Paula Jiménez, Carolina Esses, Daniela Mac Auliffe y Mariana Docampo</span><span lang="ES-AR"></span></div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-65405643108352105992011-09-29T20:52:00.000-03:002013-05-21T11:33:02.038-03:00Septiembre de 2011 - Presentación de la Colección en la ciudad de Córdoba<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-2HYM9uubCzw/ToUD-z0kdwI/AAAAAAAAAGY/D5L6IBVaw94/s1600/DSC_3226.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="214px" kca="true" src="http://4.bp.blogspot.com/-2HYM9uubCzw/ToUD-z0kdwI/AAAAAAAAAGY/D5L6IBVaw94/s320/DSC_3226.JPG" width="320px" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
El 20 de septiembre 2011 presentamos los primeros títulos de la colección en el Museo San Alberto, Córdoba, en el marco de la Feria del Libro de Córdoba. Estuvimos presentes: Carolina Esses, Vanesa Guerra,Mariana Docampo, Daniela Mac Auliffe y Mercedes Araujo.</div>
<div class="blogger-post-footer">http://www.editorialbuenavista.com.ar/</div>BUENA VISTA EDITOREShttp://www.blogger.com/profile/10015925586993234868noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1746855088175013810.post-33106220260747490652011-09-05T23:11:00.000-03:002013-05-21T11:56:33.326-03:00Presentación de la colección en la Feria del Libro de Córdoba - Septiembre de 2011<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-dKHD70yoeNw/TmWBgnieN2I/AAAAAAAAAGQ/7w2mQcajtcY/s1600/298806_139352886154276_100002386973977_228918_1433618_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="118px" nba="true" src="http://3.bp.blogspot.com/-dKHD70yoeNw/TmWBgnieN2I/AAAAAAAAAGQ/7w2mQcajtcY/s320/298806_139352886154276_100002386973977_228918_1433618_n.jpg" width="320px" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El próximo martes 20 de Septiembre de 2011 presentamos la colección en la Feria del Libro de Córdoba. </div>
<div style="text-align: justify;">
Los primeros libros, ya publicados, son: </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<ul>
<li><em>Cocina Ecléctica </em>de Juana Manuela Gorriti (Prólogo de Mariana Docampo)</li>
<li><em>Tierra Natal </em>de Juana Manuela Gorriti (Prólogo de Carolina Esses)</li>
<li><em>El lujo </em>de Lola Larrosa (Prólogo de Vanesa Guerra) </li>
<li><em>Los Misterios del Plata </em>de Juana Manso (Prólogo de Mercedes Araujo). </li>
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<br />
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<br /></div>
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En noviembre de 2011 presentamos la colección en Buenos Aires. </div>
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Se suman: </div>
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<ul>
<li><em>Recuerdos de viaje </em>de Eduarda Mansilla (Prólogo de María Rosa Lojo)</li>
<li><em>Stella </em>de Emma de la Barra (Prólogo de Cristina Piña)</li>
<li><em>Recuerdos de antaño </em>de Elvira Aldao de Díaz (Prólogo de María Teresa Andruetto) </li>
<li><em>Lucía Miranda </em>de Rosa Guerra (Prólogo de Paula Jiménez).</li>
</ul>
</div>
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